UN ESPACIO PARA...

COMPARTIR LOS COMENTARIOS Y OBSERVACIONES QUE HACEMOS DE LAS PELÍCULAS QUE DISFRUTAMOS EN NUESTRO TIEMPO LIBRE. GENERALMENTE TIENEN COMO TEMA CENTRAL A LA MUJER Y BUSCAMOS UN TIPO DE CINE QUE NOS PERMITA ACERCARNOS AL SER HUMANO CON PRUDENCIA Y LEALTAD.



lunes, 27 de agosto de 2012

EL PIANO



"La voz que están oyendo no sale de mi boca, es la voz de mi mente.
No he hablado desde que tenía seis años. Nadie sabe por qué, ni siquiera yo...
Mi padre dice que es un talento misterioso que poseo y que el día que se me meta en la cabeza dejar de respirar, será mi último día. Hoy me ha casado con un hombre al que todavía no conozco. Pronto mi hija y yo iremos a su país para reunirnos con él. Mi marido dice que mi mudez no le preocupa. Esto es lo que escribe: "Si Dios ama a las criaturas mudas, ¿por qué yo no?" Bueno sería que tuviera la paciencia de Dios, pues el silencio acaba afectando a todo el mundo. Lo extraño es que yo no me considero silenciosa, debe ser a causa de mi piano... Lo echaré en falta durante el viaje".

Estos son los pensamientos de Ada McGrath (Holly Hunter) con los que se da comienzo a la película EL PIANO, marcada por la sensualidad y el maravilloso sonido de este instrumento. “Mi voz es voz del piano” lo expresa quien carece de habla, y su relación con el mundo se da a través de su hija y de la música. Y es el piano el único intérprete de su vida interior y la única manera de establecer contacto con la realidad. Porque con él y con su hija Flora (Anna Paquin) llega desde Escocia a una isla perdida en Nueva Zelandia en busca de un marido, Alistair Stewart (Sam Neill), impuesto por su padre. Es la segunda mitad del siglo XIX y por su piano debe dar una dura lucha para recuperarlo después de ser abandonado en la playa y ser vendido por su esposo a su vecino George Baines (Harvey Keitel). Por él llega hasta a su nuevo dueño quien a cambio de permitirle tener contacto con él y su música, se acerca a su cuerpo lentamente hasta terminar siendo parte suya. Por él debe enfrentar la furia de su marido y las consecuencias fatales de sus celos que la alejarán definitivamente de la isla, de su mundo y del mismo objeto centro de su vida, su piano. Ya no volverá a ser como antes. El piano se ha convertido en el eje de su vida y de toda su tragedia.

La selva, la bruma, el mar oscuro, el lodo, la soledad y las sombras ambientan esta película en la que la música desempeña un papel principal que permite darle voz a un mundo interior rico y cargado de belleza para los sentidos. A pesar de su encanto, todo se desarrolla en un ambiente tenso y hostil en el que la música permite liberar el alma de su protagonista para crear paz, desasosiego y un acercamiento al amor, tan lejano a ella como quienes la rodeaban -unos colonos aislados del mundo y sometidos a las inclemencias del clima-. No habla, su rostro es inexpresivo, su mirada es triste y demuestra aparente fragilidad, pero es una mujer fuerte que no necesita palabras ni gestos para tomar decisiones y expresar sus sentimientos. Asume también las consecuencias de sus actos y en el momento final cuando quiere desaparecer con su piano, logra cambiar el rumbo de su vida.

En 1993, EL PIANO obtuvo los Premios Oscar a mejor actriz (Holly Hunter), mejor guión original (Jane Campion, quien la escribió y la dirigió) y mejor actriz de reparto (Anna Paquin). Es de destacarse que fue la propia actriz principal quien interpretó el piano –con música de Michael Nyman - y quien dio clases de éste a la pequeña de 12 años que interpretó a su hija. Muchos otros premios recibió este drama romántico de 112 minutos cargado de gran intensidad.

viernes, 24 de agosto de 2012

LOS CORISTAS


—Yo no sé ninguna canción. 
—No te preocupes, yo te enseñaré.

Atendiendo ahora a nuestro interés por la temática musical, damos espacio a LOS CORISTAS, una película educativa que muestra cómo la música puede transformar un ambiente negativo y dar lugar a un espacio vital y creativo. Es lo que sucede en el internado francés de Fond L´etang que alberga a un grupo de niños llevados allí con la intención de ser reeducados. Es el año de 1949, después de la II Guerra Mundial cuando su director, el señor Rachin, se empeña en darles un manejo totalmente represivo ya que considera el castigo físico y la violencia emocional como la forma ideal de educar a estos niños, víctimas del abandono y de la descomposición familiar. El castigo se impone tras cada falta con el lema “Acción y reacción” y la humillación y el encierro son la respuesta a cada actitud infantil cargada de odio y de desconfianza hacia el mundo de los adultos. Por fortuna llega allí el profesor de música, Clément Mathieu, un hombre bueno que inicialmente es rechazado por los estudiantes, pero con sus respuestas y su actitud generosa hacia ellos, logra acercarse lentamente y producir el milagro de crear música y llenar sus vidas de alegría y optimismo. Sabe que “nunca nada está realmente perdido” y que la fuerza del amor puede encauzarse hacia lo artístico. Se convierte entonces en su aliado, capaz de protegerlos, y sin perder la autoridad porque está invadido de complicidad y respeto. Este logro cambiará para siempre la conducta de sus estudiantes, así su paso por la escuela parezca ser efímero y termine siendo alejado de ella.

“Sus miradas eran la muestra de su deseo de escapar, de construir cabañas a cielo abierto”.

En el 2004, su director Christhophe Barratier muestra en este drama de 97 minutos el poder del bien y del mal y como cada uno de ellos puede multiplicarse con fuertes resultados. Por fortuna, hay un peso grande en lo positivo. Resulta sencillo captar esta lección y entender cómo podemos ser factores de cambio, a pesar de las adversidades. Importante poder romper con un ciclo de constantes refuerzos negativos y aprender cómo se llega a educar con confianza, respeto y optimismo, dando una visión positiva de la vida. La música es, en este caso, ese agente de cambio en el grupo de alumnos inmersos en la pobreza y en múltiples dificultades, para llegar a ser parte de un coro que los cautiva, modifica su conducta y encauza sus intereses.  Difícil lograrlo hoy en día, pero puede hacerse con profesores como Mathieu, capaces de penetrar en este mundo globalizado con propuestas pedagógicas que permitan encontrar ese camino que posibilite el ingreso al mundo de hoy.  Vale la pena destacar también la eficacia del afecto y del reconocimiento social en el aprendizaje, tan necesarios para la construcción de la identidad.

"Jamás digas jamás. Yo, que juré olvidarme de la música para siempre....
Siempre hay cosas que intentar, nunca nada está realmente perdido". 

Una película bien dirigida, marcada por una tonalidad especial propia de un ambiente frío, triste e invernal y con una banda sonora magistral. El coro que aparece en ella fue grabado antes de la película por los pequeños cantores de San Marcos y es fielmente doblado por el grupo de jóvenes actores. El resultado, una película que sensibiliza y permite disfrutar de la música y de la presencia de muchos valores humanos. 

miércoles, 8 de agosto de 2012

EL SILENCIO ANTES DE BACH

“Bach es un compositor creado de la mano de Dios”. 
"Quien canta reza dos veces".                
                                 
“La música de Bach es una de las pruebas principales de que este mundo no es un fracaso”  Émile Cioran


La mirada lenta a un salón vacío donde al final puede verse una pianola de la que brota una música que marca el ritmo de su movimiento… El conductor de un camión, que tiene una virgen en su decoración, aparece con su ayudante interpretando música de cámara en su armónica… Un grupo de violonchelistas tocando un concierto de cuerdas para violonchelo solo en un tren que viaja ruidosamente a gran velocidad… Bach marcando el pedal de manera atlética en el grandioso órgano de una capilla… El hijo de Bach quien nos da una bella lección con su piano, recibe clases de su padre... Un hombre mayor disfrazado de Bach que guía a dos turistas en la ciudad de Leipzig… Un típico mercado de frutas, verduras, canastos, toldos, carne y sesos de ternera envueltos en las viejas partituras de “La pasión según San Mateo” -interpretadas por Mendelssohn muchos años después de Bach y con la intención de evitar su desaparición… Una coral de niños de la Escuela de Santo Tomás donde semanalmente dan recitales con la música de Bach… La demostración de este maestro alemán con las manos entrecruzadas al tocar el clavicordio a uno de sus clientes… Un jinete que se pasea elegantemente en su caballo al ritmo de la música de cámara… Una violonchelista semidesnuda frente a su instrumento, después de darse un baño en el que exhibe su escultural cuerpo… Un piano que se desliza lentamente y cae de manera estruendosa en el mar…

Esta y otras imágenes son captadas por el espectador de esta película quien visualiza un collage cargado de cuadros, al parecer sin mucha relación entre sí. Una película con nuevos lenguajes, nuevas formas de pensamiento y carencia de linealidad que cuesta entender ya que no hay coherencia en su relato. Nos cuestiona la falta de linealidad y esa desaparición forzada que se hace de un comienzo y un final de la historia que esperábamos encontrar. Difícil comprenderla desde unos conocimientos que manejan otra lógica, la orgánica no lineal. Esa lógica fragmentada que no se rige por la relación causa y efecto sino que marca la pauta de la naturaleza que es orgánica y va a diferentes espacios aprovechándose de cada uno de ellos. 

Sin embargo, nos guía Bach, uno de los tres grandes barrocos de la música clásica quien nos regala parte de su producción para homenajearlo y desentrañar su riqueza guardada durante cuatro siglos. Sonidos, ruidos, silencios, movimientos, colores, sabores, formas y texturas terminan haciendo una composición que recrea diferentes ambientes donde la música intenta hacer contacto con el discurso. Una música que viene de la razón, tiene ritmo, tiene escalas, tiene sentido. El resultado, una película experimental dirigida por el barcelonés Pere Portabella en el 2007, quien con una nueva estética auditiva y visual pretende conseguir en el espectador una "claridad explosiva" que va más allá de la expresión real de imágenes y sonidos. Una propuesta que cuesta entender, pero que nos aproxima a una forma diferente de hacer cine, de acercarnos a la realidad y, en este caso, a la riqueza musical de Johann Sebastian Bach. 

viernes, 3 de agosto de 2012

IRIS

“No somos felices sólo por ser libres, si lo somos. Ni por tener educación, si la tenemos.
Pero la educación puede ser el medio que nos permite descubrir que somos felices.
Nos abre los ojos, nos dice dónde hay placeres ocultos, nos muestra que tan sólo
 hay una libertad que tiene verdadera importancia: la de la mente.
Y nos da la seguridad, la confianza para recorrer el camino que esa mente,
nuestra mente educada nos ofrece”.

Tres personas en una protagonizan esta película que pretende mostrarnos la vida de la  librepensadora irlandesa y una de las mentes más brillantes de Inglaterra a finales del siglo XX, Iris Murdock. Una mujer que brilló en Oxford donde hizo su carrera de filosofía y continuó mostrando sin temor su carácter fuerte, su mente avasalladora y su espíritu libertino. La conferencista, la joven y la anciana Murdock se acercan a nosotros en una presentación alterna que va al pasado y regresa al presente para retratar la juventud y la madurez de esta reconocida filósofa y novelista, autora de 26 novelas y numerosos ensayos. Esto sin olvidar la presencia de John Bayley, un reconocido profesor de literatura de la Universidad de Barton, con quien vivió por 45 años y fue su apoyo incondicional en los dos últimos años de su existencia cuando tuvo que enfrentar la enfermedad de Alzheimer. Una historia de amor, un mensaje de vida y una muestra de la esencia humana.  

 “El amor verdadero tiene el sello de imborrable”.
“El amor es el idioma que todos entienden”.

Iris Murdock enseña con su obra y a través de su vida cómo ser libres y buenos, y cómo disfrutar del amor y encontrar la felicidad. Temas que van de la mano con la educación y con la importancia de la libertad de pensamiento. Conceptos que la escritora logra plasmar en su trasegar por el mundo con los más altos honores, pues con su esposo John Bayley da muestra de un amor conyugal sincero que puede enfrentar todas las dificultades y lograr superarlas. Juntos funden sus sueños y animan todas sus esperanzas. Juntos rescatan el concepto de matrimonio y comparten los momentos más felices y más difíciles de sus vidas. Juntos son capaces de sobrellevar una enfermedad que transmite la ausencia del mundo y destruye hasta lo más íntimo de cada ser. Porque entablan una lucha que tiene el precio de mantener la luz de esta gran mujer, así les cueste bucear en este mar de la memoria que termina siendo el mismo mar de la oscuridad. Bayley se convierte entonces en su salvador. Es quien le regala las palabras –su mayor y más valioso tesoro-  que ya no puede entrelazar y construye ese puente que ella necesita para salvarse. Finalmente, de su mano, Iris logra avanzar a esa otra estancia donde encontrará la paz. Duele verla, y es un dolor que acompaña a la soledad y al temor de no ser. Por fortuna, este miedo a la pérdida de la conciencia o casi muerte lo vemos compensado por el más grande amor, única forma de sobrevivir al dolor.

En 97 minutos podemos disfrutar de esta película inglesa del año 2001 protagonizada de manera magistral por Kate Winslet, Judi Dench -nominadas al Oscar a mejor actriz principal y secundaria- y Jim Broadbent, ganador del Oscar al mejor actor secundario. Su director, Richard Eyre, tuvo como base el libro Elegía a Iris escrito por John Bayley.