UN ESPACIO PARA...

COMPARTIR LOS COMENTARIOS Y OBSERVACIONES QUE HACEMOS DE LAS PELÍCULAS QUE DISFRUTAMOS EN NUESTRO TIEMPO LIBRE. GENERALMENTE TIENEN COMO TEMA CENTRAL A LA MUJER Y BUSCAMOS UN TIPO DE CINE QUE NOS PERMITA ACERCARNOS AL SER HUMANO CON PRUDENCIA Y LEALTAD.



martes, 26 de febrero de 2013

DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS


Cuando Gabriel García Márquez escribió esta novela en 1998 la hizo pensando en un guión cinematográfico y su deseo se hizo realidad en el año 2009 cuando Hilda Hidalgo llegó desde Costa Rica a Cartagena a dirigir esta película que contó de inmediato con la aprobación de nuestro Nobel. Esta coproducción de México, Colombia y Costa Rica fue aclamada como una de las mejores producciones del Festival de Cine de Montreal en la edición No. 34 y ha sido considerada una buena muestra del cine latinoamericano.


“Mi abuela me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años cuya cabellera le arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal de rabia por el mordisco de un perro y era venerada en los pueblos del Caribe por sus muchos milagros”. En 1949, siendo Gabriel García Márquez reportero, tuvo que acudir al derribo del antiguo convento de Santa Clara. Cuando la lápida de la tercera hornacina del altar mayor saltó en mil pedazos, “una cabellera viva de un color de cobre intenso se derramó fuera de la cripta (...) En la lápida de cantería carcomida por el salitre sólo era legible un nombre sin apellidos: Sierva María de Todos los Ángeles. Extendida en el suelo, la cabellera espléndida medía veintidós metros con once centímetros. La idea de que es tumba pudiera ser la suya fue el origen de este libro”. 


En Cartagena de Indias del siglo XVIII se desarrolla la historia de Sierva María de todos los Ángeles, de su relación con el mundo y del atropello del que es víctima en la época de la colonia. Después de ser mordida por un perro rabioso en el mercado, esta niña -hija del marqués de Casalduero y Dueñas- es atendida por sus sirvientes de raza negra que son su más cercana compañía, con quienes comparte sus tradiciones, y la ponen a salvo de cualquier peligro. Sin embargo, circula en la ciudad la noticia del accidente de la hija del marqués y la posibilidad de contraer la rabia, por lo que es llevada al Convento de Santa Clara. Allí entra en pánico y reacciona violentamente ante la presencia de las religiosas quienes consideran que está poseída y deben aislarla de inmediato. Es recluida en una celda oscura -utilizada para los prisioneros de la Inquisición- donde recibe un trato inhumano hasta que llega Cayetano Delaura con la intención de exorcizarla. Este sacerdote descubre que Sierva María no está endemoniada y por el contrario, termina enamorado de ella lo que agudiza la situación, con un doloroso final.

“Que la eterna noche oscura
me cierre estos ojos que te vieron
dejándome con otros que te vean”

Un encuentro de dos mundos dominado por la iglesia que asume el poder por encima de los gobiernos de la colonia, frente a la presencia de la cultura negra capaz de trascender su propia esclavitud, constituye la esencia de esta película. Todo sucede en una época de marcado oscurantismo religioso en la que se descubren las fuerzas del mal con la aparición de demonios que deben combatirse con la fe, no con la razón. Así, la culpa manejada por la iglesia, crea la imagen demoníaca que necesita para ejercer el control social. Un control que intenta sobreponerse a todo, menos al amor. Porque el amor es capaz de romper con todo, hasta con lo prohibido. Así, la relación de Sierva María y Cayetano salva la película porque es imposible luchar contra la naturaleza, contra una relación pura que solo es tocada por el silencio y los poemas de Garcilazo de la Vega.  Esta pareja habita el mundo de los susurros y los cortos diálogos que mantienen se encuentran confundidos con una música medieval, con el ruido de los grillos y el furor del mar, siempre presente. Imposible dejar escapar detalles garciamarquianos como las mariposas en el cabello de la niña y la vela que cae en el agua y no se apaga. Verdadera sencillez en las tomas que dan un claroscuro siempre presente en la lluvia y en el invierno, y en las rejas de la celda con una visión minimalista. Un lenguaje cinematográfico opta por lo visual, de manera lenta y ritual, con verdadera economía de las palabras, hasta encontrar en el color y en la ropa de Sierva María una luz que lo ilumina todo, que le da erotismo a la cinta. Una verdadera muestra de cine arte.
 

jueves, 14 de febrero de 2013

PARAISO TRAVEL


“Los emigrantes llevamos el miedo y la incertidumbre adentro”.

“Seguir a alguien por estar enamorado tiene más de torpeza que de honestidad o de ceguera”.


Una buena película que, en medio del terrible drama que refleja, rescata lo positivo que tenemos: esa cultura nuestra tan aferrada a los valores y donde la seguridad social en buena parte es brindada por la familia. No es una crítica al sistema gringo sino, más bien una caracterización de nuestra idiosincrasia que nos lleva a la búsqueda de oportunidades, en medio de fuertes contrastes marcados por la tragedia y la soledad. Vemos en ella a la pareja colombiana conformada por Marlon y Reina que van al encuentro del sueño americano en un viaje agónico a través de centro América y de la frontera mexicana hasta llegar a Estados Unidos, el país soñado por los emigrantes latinos. Marlon (Aldemar Correa) actúa movido por el amor, por ese deseo inmenso de estar al pie de su amada y poseerla. Reina (Angélica Blandón), por el contrario, sólo quiere llegar a su meta, sin importarle lo que tenga que hacer para lograrlo. Dos sueños diferentes, pero marcados por la obsesión. Finalmente traspasan la frontera, hasta llegar exhaustos, solos y sin una moneda en sus bolsillos. Una situación que entorpece la relación y da inicio al peor de los dramas que pueda vivir un extranjero, sin dinero, indocumentado y perdido en la gran ciudad de Nueva York. Muchas aventuras vive Marlon en esta ciudad donde busca incansablemente a Reina, sin lograrlo. Por fortuna encuentra la ayuda de sus coterráneos que le dan refugio, empleo y sobre todo compañía. Va teniendo una evolución lenta, pero positiva que no logra alterar su estilo original de persona educada, sana y de buenas costumbres. La fuerza de la necesidad le ayuda a crecer y ese crecimiento termina llevándolo por buen camino hasta encontrarse consigo mismo. Porque Marlon está lleno de amor y el amor arrastra y contagia, y a su lado encuentra la solidaridad; diferente a la situación de Reina, tan manipuladora y dominante que parece poseerlo todo y termina perdida.

Simon Brand, su director, se basó en la novela del mismo nombre cuyo autor es Jorge Franco Ramos y contó con la asesoría de él para hacer una película (2008) muy fiel al contenido del libro (2002). Recibió en el 2008 el premio a la mejor película y el premio del público en el Festival Internacional de Cine Latino en Los Ángeles, e igualmente fue bien recibida por el público en la mayoría de los festivales en los que participó. Vale la pena destacar el humor con que fue manejada, y el buen retrato de nuestros valores y costumbres. 



lunes, 4 de febrero de 2013

LOS COLORES DE LA MONTAÑA



Iniciamos este año con un interés especial por acercarnos a lo nuestro, a las películas colombianas que retratan nuestro ambiente y nuestro modo de vivir tan sui géneris que poco a poco han ido ganando un espacio importante en el campo cinematográfico. Puede decirse entonces que con producciones como ésta, y con las que esperamos enriquecer esta serie, el cine colombiano ha llegado a la madurez. 

Película con alto contenido social, que retrata de manera fidedigna la realidad de miles de familias campesinas sometidas al conflicto, al cruce de intereses -y balas- de grupos armados al margen de la ley. Está relatada desde la realidad de unos niños que van a la escuela, juegan, crecen y van despertando a la dura crudeza del conflicto porque uno a uno deben ser tachados de la lista de clase, pues son amenazados de muerte y deben desplazarse a lugares ajenos a empezar una vida sin sus pertenencias, sin sus casas, sin sus pequeñas tierras. Los niños se van quedando solos, y tras la presión infame, terminan por desplazar hasta el último, no sin antes saber del peso que conlleva, el hecho de que un campesino honesto, luchador, se revele ante los intereses de la guerra. Dolor y tragedia. 

Con una fotografía preciosa, la película está realizada en un paisaje muy del centro de Colombia entre montañas y verdes de toda intensidad. Fue estrenada el 11 de marzo del 2011 y galardonada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastian. Juana María Echeverri Escobar