UN ESPACIO PARA...

COMPARTIR LOS COMENTARIOS Y OBSERVACIONES QUE HACEMOS DE LAS PELÍCULAS QUE DISFRUTAMOS EN NUESTRO TIEMPO LIBRE. GENERALMENTE TIENEN COMO TEMA CENTRAL A LA MUJER Y BUSCAMOS UN TIPO DE CINE QUE NOS PERMITA ACERCARNOS AL SER HUMANO CON PRUDENCIA Y LEALTAD.



martes, 18 de octubre de 2011

ANNIE HALL

Iniciamos un ciclo de películas del norteamericano Woody Allen, en el que esperamos tener al menos una de sus producciones por cada década. La primera corresponde a ANNIE HALL, una comedia romántica, ganadora en 1977 de cuatro premios Oscar -mejor director, mejor película, mejor actriz y mejor guión original- y ubicada en el puesto 31 como una de las mejores en la historia del cine. Woody Allen, acompañado por Diane Keaton, es su director y protagonista que tiene la intención de mostrarnos muchos aspectos de su propia vida, con una capacidad inmensa para burlarse de sí mismo. Explora de manera caricaturesca las relaciones de pareja, las costumbres familiares, las relaciones sexuales e interpersonales con un profundo análisis psicológico, al ritmo de los años 70 en la ciudad de Nueva York. Lo hace mostrando gran ironía, al tiempo que le da un toque surrealista pues penetra en los territorios mentales de su protagonista, produciendo desplazamientos visibles de su yo interno y dando saltos intermitentes hacia el pasado. También emplea recursos teatrales como hablarle directamente al espectador para hacerlo cómplice de sus pensamientos y reflexiones filosóficas, a la vez que asesta “golpes de magia” para volver a su pasado y ver reflejadas en la realidad las consecuencias de muchos comportamientos infantiles, muy propio del psicoanálisis. Una manera de romper con la estructura narrativa lineal para mezclar los tiempos presente, pasado y futuro en el recuento de sus experiencias.  Toda una  historia que va desde el encantamiento o atracción, pasa por el enamoramiento, hasta llegar a una crisis en la relación o desencantamiento.
“Así es como me parece la vida: llena de soledad, miseria, sufrimiento, tristeza
y sin embargo, se acaba demasiado de prisa”

Alvy Singer y Annie Hall representan la relación afectiva de una pareja que vive en Nueva York durante la década de los 70. Él es un comediante divorciado de 40 años, que acaba de romper su relación con su compañera cercana a los 30 que inicia la carrera de cantante, y nos quiere contar todas sus vivencias para así llegar a la raíz de la dificultad en su relación. No acepta esta situación pues está muy enamorado y aunque quiso compartir su vida con ella, es mayor su temor a perder su libertad. Inicia entonces la búsqueda de las causas de su ruptura analizando su infancia cargada de recuerdos y de una imaginación desbordante que no le permite diferenciar la realidad de la fantasía. Rememora sus relaciones con diferentes mujeres, y los momentos vividos en diversas etapas de su vida hasta llegar al presente. Así logra descubrir que son sus delirios y obsesiones los culpables de su separación. Por su parte, Annie madura en esta relación pues ya tiene objetivos claros en la vida y descubre fácilmente las diferencias que la separan de él. Muchos  dicen que ésta es la historia real de Woody Allen y Diane Keaton quienes fueron pareja en la vida real.

"Las relaciones son totalmente irracionales, locas y absurdas;
                                                            pero no podemos hacer otra cosa que vivir en ellas”   

Annie Hall nos hace reír al tiempo que nos muestra sin temor cómo somos realmente y cómo actuamos en nuestra relación con el mundo y con los demás.  Una obra en la que actuar es una experiencia liberadora que nos anima a que el amor se mantenga en nuestras vidas, así nos impida ser felices.  “Una comedia romántica sobre los neuróticos en las ciudades” como el mismo Woody Allen lo expresó.           

lunes, 3 de octubre de 2011

CARANCHO


Un thriller argentino del 2010 dirigido por el bonaerense Pablo Trapero, ganador del premio Condor de Plata y nominado al Oscar como mejor película extranjera. Difícil entender la clasificación de este film como una de las mejores películas, ya que solo respira violencia y fatalidad, y sus personajes están invadidos por la angustia, el decaimiento y la confusión. Sin embargo entendemos que su éxito radica en la forma de plantear el tema, tratándolo de manera directa y expresando desde la cotidianidad la corrupción en el mundo moderno, específicamente en Argentina. Allí es marcada la accidentalidad en el tránsito, con un promedio de 22 muertos y 120 heridos por día, lo que produce un amplio mercado en las aseguradoras a las que acuden las víctimas y los familiares ante la necesidad de atender a los requerimientos médicos y legales. Por ello, la película expone, en medio del ruido que causa un profundo estrés, diversos contenidos como la corrupción hospitalaria, el abuso en los horarios y el desgaste psicológico del personal que atiende en los centros médicos, los falsos accidentes de tránsito, los cobros de abogados en los casos fortuitos y el papel de las aseguradoras. En otras palabras, se plantea el tema de todo lo que sucede detrás de los accidentes de tránsito. Un tema que parece no verse en el día, pero que en las noches expresa toda su carga física y emocional hasta el punto de ser sólo corrupción. Es la fragilidad de la vida que se plantea sin forma y sin dirección hasta encontrar su respuesta en la fragilidad de ley. Y en medio de todo, una historia de amor.
Carancho significa ave de rapiña carroñera y este papel está representado por Sosa (Ricardo Darín), un abogado que ha perdido su licencia y se alimenta de las víctimas y familiares de los accidentes de tránsito. Luján (Martina Gusmán) es una médica joven que presta sus servicios sin descanso en el hospital de San Justo y se encuentra, en repetidas ocasiones con Darín, atendiendo casos de urgencia. Sosa acude rápidamente a cada situación de infortunio para ofrecer a sus clientes los servicios “legales” ante las aseguradoras, proponiéndoles una buena indemnización y dando comisión a personal paramédico, a policías y a su “fundación” ilícita. Siempre muestra heridas y graves contusiones en su rostro de las que se cura fácilmente, pero son heridas que no pueden negar el ambiente en que se mueve. Así, Luján conoce a Sosa y tras repetidos encuentros se aferra a él como la única salida de ese mundo difícil que debe enfrentar sin descanso. Un mundo que la ha hecho adicta a la morfina y a la soledad y que ahora se atreve a desafiar con la ilusión del amor. Desconoce los peligros que le asechan al lado de Sosa hasta que termina desafiándolos con él, lo sigue y juntos encuentran la única y definitiva salida. Todo un drama sobre la corrupción, una clara muestra del cine negro. “Una mafia que no se quiere ver y que lleva a un genocidio silencioso” según lo expresó el mismo Trapero.