En Dinamarca 1766 tiene lugar esta
película en la que entran en juego la política y el romance, pasando éste a
segundo plano y siendo a la vez el amor el que rescata la situación. Con un
excelente vestuario y una bella escenografía, acompañada de castillos, la
lluvia, el campo, cabalgatas y niveles profundos de sensualidad, se presenta un
valioso manejo de las pasiones humanas en
una historia de la Edad Media que estuvo nominada este año al Oscar como
mejor película de habla no inglesa. A su vez obtuvo dos Osos de Plata por mejor
actor y mejor guión en el Festival de Berlín, y muchas otras nominaciones en
diferentes festivales. Su director el danés Nikolaj Arcel,
acompañado de tres excelentes actores (Mikkel Boe Folsgaard, Alicia Vikander y Mads Mikkelsen), da vida
a este relato que se dio antes de la Revolución Francesa, cuando en Europa
aparecieron hombres como Voltaire y Rousseau con ideas ilustradas que anunciaban
la necesidad de cambio y la búsqueda de la libertad en los pueblos europeos
sometidos a la represión.

Una manera de plasmar con fidelidad e inteligencia esta historia danesa del siglo XVII. Aunque tuvo un dramático desenlace, puede verse al final la esperanza de un cambio alentado por un hombre progresista y defensor de la ilustración, cuya lucha no quedó en vano. Lo anterior nos ilustra cómo estos pueblos llegaron a ser lo que son hoy en día, y cómo no podemos perder la ilusión de encontrar nuestra liberación.