La directora de esta película danesa, Susan Bier, se
basa en una historia escrita por ella cuyo contenido encierra mucho simbolismo.
Altruismo y filantropía parecen ser las claves de su realización. Es un
testimonio de amor al prójimo que traspasa las barreras de la manipulación y de
lo que compra el dinero. El tránsito de los sucesos que aquí se presentan no se
hace por las calles, sino por ese relieve humano que son los personajes que
interactúan en este film. Hay un acercamiento tan grande a ellos que nos pone a
su lado, penetramos en su interioridad y sentimos la realidad de manera
convincente.
Al final, sus protagonistas transmiten tanta seguridad que así estén
ubicados en contextos diferentes, descubrimos en ellos valores que logran
opacar sus terribles defectos y dar un cambio positivo a su rol.
Jacob (Mads Mikkelsen) es un empleado de un orfanato
pobre de la India, entregado a su labor con los niños de escasos recursos y
quien debe buscar la forma de subsidiar la alimentación y las necesidades
básicas de miles de infantes que está a punto de fracasar. Jorgen (Rolf Lassgård ) es un multimillonario hombre
de negocios que reside en Dinamarca y quiere hacer una donación a la obra
de Jacob. Por lo tanto, lo invita a su país y aprovecha la boda de su hija Anna
para acercarlo a su hogar y hacerlo partícipe de este acontecimiento. Todo
parece normal, pero muchos sucesos entran en juego al llegar Jacob a esta
familia y descubrir una extraña cercanía con sus integrantes. Se abren heridas
y se conocen verdades inesperadas que resultan difíciles de aceptar. Esto
alterará sus planes de regresar pronto a la India y estar cerca del corazón de
Pramad que pide a gritos su retorno. También de su comunidad que al parecer
necesita de su presencia para salir adelante y poder sobrevivir.
Nominada al Oscar por Mejor Película Extranjera en el
2007, Después
de la boda muestra las diferencias abismales entre los países
ricos y pobres, y sobre todo se detiene a analizar dilemas morales y éticos, el
papel de la paternidad, la intimidad de la vida familiar, y esa interrelación
entre las dinámicas internas y externas. Una narración centrada en secretos
familiares invadidos por problemas y rencores que logran develarse y sobrepasar
la barrera del odio para buscar un reencuentro positivo entre el pasado y el
presente. Al final, surgen esos sentimientos necesarios para sanar heridas y
para aprovechar el tiempo que queda por venir. Y no basta con lo que
hacen o lo que dicen sus personajes. Cuenta también con la ayuda de la cámara
para profundizar en sus emociones, recurriendo al cruce de miradas, a silencios
reveladores, y a esos acercamientos permanentes a los ojos, a las manos, a la
boca, y a la piel de los protagonistas. De igual manera se acerca a las hojas
marchitas y a la mirada de los animales disecados. Una cámara que termina
siendo cómplice del deseo de conocer la verdad y de buscar la solución a los
conflictos.