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lunes, 15 de julio de 2019

¿PODRÁS PERDONARME ALGÚN DÍA?


Una mujer solitaria e infeliz, escritora de obras literarias con algún éxito, se encuentra al borde del abismo. Carece de dinero, acaba de perder su empleo, y su único acompañante -un gato- está enfermo. Ella es Lee Israel, interpretada por Melissa McCarthy, también aficionada a la bebida, al desorden extremo en su residencia, a los modales bruscos y a la cleptomanía. No teme, entonces, asumir el reto de vender cartas falsificadas de grandes escritores ya fallecidos. Para ello dedica todo su talento demostrado en la literatura y el conocimiento detallado de la vida y obra de sus elegidos. Sus escritos tienen la acogida que esperaba y el dinero empieza a hacerse visible. De repente, reaparece un antiguo conocido, Jack Hock, interpretado por Richard E. Grant, el prototipo del engaño y de la vida fácil quien le ayuda en la venta de sus producciones a coleccionistas incautos. Entablarán una buena amistad y él será el mejor complemento para romper con esa personalidad hosca y amargada de ella, a pesar de la conducta antisocial de ambos. La veremos feliz en su declaración final ante las autoridades del FBI ya que fue creativa durante su delito, pudo engañar con su aporte intelectual y su cambio le dio tanta frescura que rió, lloró y volvió a escribir.

Marielle Heller, la directora de esta película, explora en 106 minutos temas como el alcoholismo, la homosexualidad y la delincuencia; además del coleccionismo y la amistad. En esta película americana del año 2018, crea personajes que acabarán poniendo al público de su parte, no obstante los rasgos negativos que presentan y de la situación delincuencial que asumen. Es el caso de McCarthy que sobresale por su interpretación, hasta el punto de ser nominada al Oscar como mejor actriz y de Grant como mejor actor de reparto. El personaje central está basado en la vida de la escritora del mismo nombre de su protagonista, que vivió en Nueva York en los años 90 en medio de la amargura y del desengaño, y fue víctima del rechazo social y la baja autoestima. Buenos diálogos, buena música y cuidadosa fotografía se destacan en este filme.