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COMPARTIR LOS COMENTARIOS Y OBSERVACIONES QUE HACEMOS DE LAS PELÍCULAS QUE DISFRUTAMOS EN NUESTRO TIEMPO LIBRE. GENERALMENTE TIENEN COMO TEMA CENTRAL A LA MUJER Y BUSCAMOS UN TIPO DE CINE QUE NOS PERMITA ACERCARNOS AL SER HUMANO CON PRUDENCIA Y LEALTAD.



lunes, 20 de febrero de 2012

EL OTRO HOMBRE


“¿Crees que dos personas pueden vivir juntas toda la vida?"
"¿Desearías tener la oportunidad de acostarte con otra mujer?”
Con estos interrogantes se da inicio a una película en la que su director parece indicar que “no hay que dormirse en los laureles”, al tiempo que asegura “hay que aprender a perdonar y hacer todo para entender al otro”. Aquí vemos a Lisa (Laura Linney) interesada en conocer la respuesta de su marido Peter (Liam Neeson) a estas sugestivas preguntas, antes de viajar a Milán, pues es una reconocida diseñadora de zapatos. Ellos son, al parecer, un matrimonio feliz que vive en Inglaterra y llevan casados un buen tiempo. Peter queda en casa con su hija quien le entrega un mensaje que lo llevará a descubrir muchos secretos a través de internet gracias a que él es un reconocido empresario en este campo. Con la ayuda de la clave “Lago Como.” puede ingresar al mundo de su esposa y conocer a otro hombre, Ralph (Antonio Banderas), que ha sido su amante y con el que ha compartido su tiempo mientras hace sus exposiciones en el extranjero. Lo busca y descubre que vive en Milán, a donde se traslada, al tiempo que responde a sus correos electrónicos haciéndose pasar por Lisa. Allí lo conoce, sin revelar su identidad, juegan continuamente al ajedrez y logra penetrar en su mundo. No es más que un impostor que vive en un edificio de apartamentos donde es su portero y se hace pasar por un reconocido hombre de negocios. Descubre entonces que Lisa es su amante cuando viaja a Milán donde viven momentos de pasión colmados por el deseo y la poesía, mezclados con la astucia y el encanto de este hombre. Mientras tanto, su hija Abigail que anda preocupada por su desaparición, lo sigue y logra encontrarlo en esta ciudad italiana donde, en vano, trata de frenar sus ímpetus por descubrir la verdad. Y la encuentra, como también halla la forma de olvidarse de Ralph, al tiempo que los espectadores descubrimos la muerte temprana de Liza quien ya había fallecido cuando Peter inicia su búsqueda virtual.
La base de este film es el relato del escritor alemán Bernhard Schlink, que se transforma en el 2008 en este drama dirigido por Richard Eyre, el mismo director de la película ya reseñada en este blog, Notas de un escándalo (2/05/2011). En una hora y 32 minutos hace frente a temas centrales en las relaciones de pareja como la infidelidad, el conocimiento real de sus integrantes y el respeto por las condiciones de cada uno; además, se incursiona en un ámbito de gran actualidad como es el uso de la tecnología, facilitadora de dicho conocimiento. Aparece por momentos un triángulo amoroso que se opaca cuando descubrimos que la protagonista ya estaba muerta, pero que tiene sus puntos álgidos cuando se enfrentan dos hombres, uno de ellos dominado por los celos y el otro, por su yo fortalecido en la fantasía y la autovaloración. En este personaje encontramos un creativo que cautiva a las mujeres con su toque romántico, su vestimenta varonil y su espíritu conquistador. Y es quien tiene las condiciones que no ofrece el marido de Lisa, con él experimenta un mundo de ensueños lejano a la realidad. Todo esto lo descubre Peter a través de su relación con Ralph, por lo que poco a poco va disminuyendo su ira y su pasión por destruirlo. Logra calmar los celos que se convierten en una comprensión de la persona amada que lo lleva a buscar la paz en su hogar. Es también el momento de hacer las paces con su hija, con quien tenía dificultades en la aceptación de su pareja. Así mismo encontramos semejanzas con la película del mismo director donde el hilo conductor es el escándalo, aunque en este caso, se evita para dar paso a la vida, a la libertad, a la comprensión del género humano y a la misma muerte. Toda una metáfora que nos lleva a concluir lo importante que es ponernos en los zapatos del otro.