Así, el cineasta japonés Yoji Yamada, basado en la novela de la escritora Kyoko Nakajima, nos cuenta las vivencias de Taki (Chieko Baisho) después de dejar su hogar en el campo, para ir a Tokyo donde trabajará como criada. Es el año de 1936 y allí, en una casa moderna con tejado rojo, conoce a Tokiko, su esposo Masaka y su hijo de cinco años. Taki se dedica al trabajo en este hogar tranquilo y acomodado hasta que llega Shoji Itakuri (Hidetaka Yoshioka), un joven amante de los libros y de la soledad que asiste con frecuencia las reuniones que hace su jefe Masaka en casa. Tokiko no puede resistir el impacto que este visitante causa en ella y seguirá su fuerte atracción con la complicidad de Taki quien, por ser leal a su ama, termina invadida de culpa, lágrimas y remordimientos. Será un amor prohibido en medio de las adversidades que enfrenta Japón, antes de la II Guerra Mundial.
La casa del tejado rojo ganó en el año 2014 el Oso de Plata a la mejor actriz en
el Festival de Berlín. Este drama emociona por la fidelidad a la historia, su
fotografía, el vestuario, la música y la puesta en escena. Muy bien logrado el
sentimiento transmitido a través de Taki, quien sirve, ama, observa y muestra un
corazón que esconde secretos y teme revelarlos porque no son solo suyos. Una testigo que está a la sombra de los demás, pero conoce “la importancia de no
olvidar, de ir hasta el final”, como lo afirma Yamada.