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sábado, 23 de junio de 2012

TRILOGÍA DE LOS COLORES: BLANCO



“Blanco es una película sobre la Igualdad entendida como contradicción. Entendemos como concepto de “Igualdad” que todos queremos ser iguales. Pero pienso que esto es absolutamente falso. No creo que nadie quiera realmente ser “igual”. Todo el mundo quiere ser “más igual”. Hay un dicho en polaco: Están aquellos que son iguales y aquellos que son “más iguales”. Krzysztof Kieslowski


Esta segunda película de la trilogía de los colores, en la que Blanco significa igualdad, fue desarrollada en Francia y Polonia en el año de 1993, con una duración de 92 minutos. En ella vemos a su protagonista Kieslowski (Zbigniew Zamacjowski), un peluquero polaco, azotado por un amor enfermizo que lo lleva a vivir muchas dificultades y a cometer muchos errores. Está casado con Dominique (July Delpy), una hermosa mujer francesa, que lo obliga a huir de su lado con el argumento de que su matrimonio no ha sido consumado. Queda entonces solo, sin dinero y, como un inmigrante abandonado, termina dejando Francia y buscando refugio en su patria. Allí es acogido por su hermano y con el apoyo de él y de su amigo Micolaj (Janusz Gajoz) sale adelante y en poco tiempo es un exitoso negociante. Su intención ahora es recuperar a Dominique quien rehuye a sus llamadas y se niega a atenderlo. Recuperarla será una tarea difícil, pero tratará de hacerlo buscando igualar la actitud de su exmujer, así exteriorice su locura y sus deseos de venganza.

Blanco es la igualdad que asume su papel desde la desigualdad y que debe estar por encima del poder y del dinero. Blanco es la ausencia de sentimientos que impiden el desarrollo de relaciones dignas y constructivas. Blanco es esa búsqueda del sentido de la vida que se debe imponer para evitar llegar a depresiones profundas que sí llevan al caos y a la perdición. Blanco es la condición humana movida por emociones donde la obsesión y la locura son el castigo del amor. Blanco son los puentes, la nieve, el cielo, las calles, las palomas que emigran, las imágenes de la boda, el auto de Dominique, la estatuilla que Karol lleva consigo, los largos pasillos del metro... hasta los colores que aparecen opacados. Blanco es Polonia que sale del comunismo y entra a la democracia en la nueva Europa, después de la caída del muro de Berlín. Por consiguiente, Blanco es este nuevo país capitalista que termina imponiendo al poder y al dinero como eje de su destino, así como Dominique y Carol que terminan siendo prisioneros de sus deseos.

Un drama que simboliza hasta dónde puede llegar la condición humana con sus obsesiones, su inseguridad y sus experiencias negativas. Al mismo tiempo manifiesta cómo las leyes de un país pueden llevar a quienes no pertenecen a él, a situaciones de marginamiento y total abandono. Es todo un derroche de orgullo y de poder, combinados con venganza, que impide la realización del deseo amoroso y la construcción de unas vidas en un plano de igualdad. Nuevamente su director Krzysztof Kieslowski nos da una visión del ser humano llena de contradicciones en una sociedad injusta con sus ideales revolucionarios.