LANCASTER DODD: - Nosotros no pertenecemos al
reino animal. Somos criaturas muy distintas. Nos erigimos como espíritus, no
como bestias. Tú no eres presa de tus emociones. No solo nos es posible, sino
fácilmente alcanzable que prescindamos de todo impulso emocional negativo
devolviendo así al hombre a su inherente condición perfecta. El hombre no es un
animal.
LANCASTER DODD: - Parece que ha viajado mucho.
FREDDIE QUELL: - Es la única forma de llegar a un destino
LANCASTER DODD:
- ¿Libertad y ausencia de tiranía para ti? Freddie… marinero de los mares. No
pagas alquiler. Eres libre para ir adonde quieras. Pues, vete. Alcanza esa
libertad sin tierra y buena suerte. Pues, si descubres una forma de vivir sin
servir a ningún maestro, sea cual fuere, cuéntanos a los demás cómo lo
lograste. Pues serías el primero en la historia del mundo.
De ritmo hipnótico y de mucha reflexión, esta
película nos ubica en la América de la posguerra de los años 50, cuando los
excombatientes de la guerra del Vietnam intentan adaptarse a la sociedad y
enfrentan enormes dificultades para llegar a ella. Difícil salvarlos de la
infinidad de traumas que traen consigo y de su desconexión con el mundo
civilizado, lo que se convierte en terreno abonado para el ingreso a religiones que los
masifican e intentan en vano satisfacer esa necesidad humana de encontrarle
sentido a la vida. Y como hay soledad, vacío interior y desorientación, no es
posible hallar esa respuesta dentro de ellos mismos; esperan entonces un
salvador. En este caso aparece un maestro que manipula a gente vulnerable y a través de sus creencias
y de la hipnosis hurga en el interior de ella e intenta tomar la rienda de sus
vidas. ¿Será posible llevarlos a la normalidad después de haber
estado en un campo batalla dedicados a matar a nombre de su país?
Esta
situación la vive Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un veterano de la segunda
guerra mundial que llega a su país como un ser inadaptado, reacciona
violentamente ante el menor estímulo, sufre de alcoholismo y se muestra obsesionado
con el sexo. En una de sus correrías, tras muchos empleos y problemas en ellos,
aborda un barco donde encuentra un grupo de seguidores de la cienciología y
allí conoce a su líder, Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), promotor del
movimiento filosófico denominado La Causa. Este carismático maestro entabla
amistad con Freddie, conoce sus locuras, su agresividad y sus traumas del
pasado, e intenta, por todos los medios atraerlo a su grupo. Sabe de la
imposibilidad de encontrar una respuesta a su terrible desazón, pero le urge
conquistarlo para dar fe de la validez de sus métodos. Entre sus ideales está la promesa de paz y de darle sentido a la vida combatiendo la ignorancia ya que sus
seguidores son diferentes y no pertenecen al reino animal, tampoco pueden estar
presos de sus emociones y sus espíritus viajan en el tiempo para tener acceso a
vidas pasadas. Freddie es su principal reto y su más terrible lucha es la
conquista de este personaje indomable y autodestructivo que cada vez exhibe sus
deseos más desenfrenados y aparece más desubicado. Sin embargo, Freddie no desconoce
su renovada capacidad de asombro y la intensa búsqueda de su libertad lo que
lo llevará a desconfiar de su amo y a poner en duda la inestabilidad de esta
relación.
Paul Thomas Anderson es el director,
coproductor y escritor de esta cinta estadounidense de 2012, muy valorada en el
mundo cinematográfico. Impacta su temática, su música, su fotografía y el
desempeño actoral. Obtuvo tres nominaciones a los Premios Oscar y a los Globos
de Oro (mejor actor principal y mejor actor y actriz secundarios) y muchos
otros premios como el Festival de Venecia en la categoría mejor actor principal
y secundario. Está inspirada en la historia del fundador de la cienciología, L.
Ron Hubbard, y en relatos que Jason Robards contó al mencionado director sobre
su vida de bebedor en un barco de guerra. Una película que nos ofrece un
profundo “análisis del comportamiento humano, de sus limitaciones, frustraciones
y anhelos”.