Iniciamos un ciclo de películas del norteamericano Woody Allen, en el que esperamos tener al menos una de sus producciones por cada década. La primera corresponde a ANNIE HALL, una comedia romántica, ganadora en 1977 de cuatro premios Oscar -mejor director, mejor película, mejor actriz y mejor guión original- y ubicada en el puesto 31 como una de las mejores en la historia del cine. Woody Allen, acompañado por Diane Keaton, es su director y protagonista que tiene la intención de mostrarnos muchos aspectos de su propia vida, con una capacidad inmensa para burlarse de sí mismo. Explora de manera caricaturesca las relaciones de pareja, las costumbres familiares, las relaciones sexuales e interpersonales con un profundo análisis psicológico, al ritmo de los años 70 en la ciudad de Nueva York. Lo hace mostrando gran ironía, al tiempo que le da un toque surrealista pues penetra en los territorios mentales de su protagonista, produciendo desplazamientos visibles de su yo interno y dando saltos intermitentes hacia el pasado. También emplea recursos teatrales como hablarle directamente al espectador para hacerlo cómplice de sus pensamientos y reflexiones filosóficas, a la vez que asesta “golpes de magia” para volver a su pasado y ver reflejadas en la realidad las consecuencias de muchos comportamientos infantiles, muy propio del psicoanálisis. Una manera de romper con la estructura narrativa lineal para mezclar los tiempos presente, pasado y futuro en el recuento de sus experiencias. Toda una historia que va desde el encantamiento o atracción, pasa por el enamoramiento, hasta llegar a una crisis en la relación o desencantamiento.
“Así es como me parece la vida: llena de soledad, miseria, sufrimiento, tristeza
y sin embargo, se acaba demasiado de prisa”
Alvy Singer y Annie Hall representan la relación afectiva de una pareja que vive en Nueva York durante la década de los 70. Él es un comediante divorciado de 40 años, que acaba de romper su relación con su compañera cercana a los 30 que inicia la carrera de cantante, y nos quiere contar todas sus vivencias para así llegar a la raíz de la dificultad en su relación. No acepta esta situación pues está muy enamorado y aunque quiso compartir su vida con ella, es mayor su temor a perder su libertad. Inicia entonces la búsqueda de las causas de su ruptura analizando su infancia cargada de recuerdos y de una imaginación desbordante que no le permite diferenciar la realidad de la fantasía. Rememora sus relaciones con diferentes mujeres, y los momentos vividos en diversas etapas de su vida hasta llegar al presente. Así logra descubrir que son sus delirios y obsesiones los culpables de su separación. Por su parte, Annie madura en esta relación pues ya tiene objetivos claros en la vida y descubre fácilmente las diferencias que la separan de él. Muchos dicen que ésta es la historia real de Woody Allen y Diane Keaton quienes fueron pareja en la vida real.
"Las relaciones son totalmente irracionales, locas y absurdas;
pero no podemos hacer otra cosa que vivir en ellas” Annie Hall nos hace reír al tiempo que nos muestra sin temor cómo somos realmente y cómo actuamos en nuestra relación con el mundo y con los demás. Una obra en la que actuar es una experiencia liberadora que nos anima a que el amor se mantenga en nuestras vidas, así nos impida ser felices. “Una comedia romántica sobre los neuróticos en las ciudades” como el mismo Woody Allen lo expresó.