“A veces la gente de la que nadie
puede imaginar nada, hace cosas que nadie puede imaginar” Alan Turing
“¿Sabes
por qué a la gente le gusta la violencia? Porque la violencia se siente bien.
La encuentran profundamente satisfactoria” A. Turing
Interesante ver cómo el misterio del mundo se descubre entre
números y palabras, y cómo la mayor oportunidad para el desarrollo de la
ciencia es la guerra. Una vez más, la ciencia y la guerra unidas en la carrera
del hombre hacia la conquista del futuro. Una tarea ardua es la que realiza
Alan Turing –un célebre matemático, científico y pionero de la computación- con
un grupo de científicos que tiene como objetivo controlar la Segunda Guerra Mundial,
hasta el punto de lograr acortarla dos años. Esto salvó la vida de 14 millones
de personas y dio las pautas para la aparición del invento que ha revolucionado
la vida moderna, el computador. Poco sabíamos de Alan Turing puesto que una vez
termina su trabajo con la máquina Enigma es condenado por su homosexualidad. El
gobierno británico le quita todo su poder y lo calla, sometiéndolo durante años
a una terapia inhibitoria de castración sexual. Mucho tiempo después de su muerte
–en 1954 cuando se suicida a los 41 años-, la reina Isabel de Inglaterra le da
la absolución post mortem. Es el año 2009 y apenas empieza a reconocérsele su
inmenso valor en la ciencia moderna.
The imitation game es el nombre original de esta
película inglesa del año 2014, dirigida por Morten Tyldum y basada en la
biografía de Alan Turing, conocida como El
enigma, de Andrew Hodges. Acaba de ganar el Oscar 2015 como mejor guión
adaptado y estuvo nominada a mejor película, mejor director, mejor actor, mejor
actriz de reparto, mejor diseño de producción, mejor montaje y mejor banda
sonora. Turing (Benedict Cumberbatch) se presenta en el ultrasecreto Cuartel General de
Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido, con la intención de ayudar a descubrir en tiempo
rápido, el código secreto de los alemanes que lideraban la Segunda Guerra
Mundial. Era necesario vencerlos, pero imposible de lograrlo. Solo una mente
brillante, como la de Turing, podía hacerlo. Sin embargo él, de mente ágil e imperturbable,
carece del sentido del humor, y es una persona obsesiva, poco sociable y a veces arrogante.
Inicia entonces su trabajo con un equipo de inteligencia que él mismo selecciona, entre el que se halla una mujer.
Ella, Joan Clarke (Keira Knightley) supera a
sus compañeros en la prueba de selección y se convierte en la amiga de Turing. Todos
juntos enfrentan las dificultades que supone el manejo de Cristopher, la
máquina Enigma de la Alemania Nazi. Mucho será su trabajo y
grande su alegría al hallar la clave. Todo volverá a la normalidad y en completo
secreto. Sin embargo, se filtra información sobre una relación homosexual que
cambia la vida de este genio.
Otro símbolo del acoso injusto a los homosexuales, con un
mensaje humanitario que condena la homofobia. También resalta el valor de la mujer, dándole un rol sobresaliente en un equipo de hombres –a pesar de la época y
del concepto machista sobre su papel–, y pone en entredicho el pensamiento de
las máquinas ya que éstas “piensan”, aunque “de manera diferente”. Valiosa la
fidelidad histórica de este film de 114 minutos que se ubica en locaciones
reales como el colegio de Turing y el sitio donde este genio realizó su gran hazaña.