UN ESPACIO PARA...

COMPARTIR LOS COMENTARIOS Y OBSERVACIONES QUE HACEMOS DE LAS PELÍCULAS QUE DISFRUTAMOS EN NUESTRO TIEMPO LIBRE. GENERALMENTE TIENEN COMO TEMA CENTRAL A LA MUJER Y BUSCAMOS UN TIPO DE CINE QUE NOS PERMITA ACERCARNOS AL SER HUMANO CON PRUDENCIA Y LEALTAD.



martes, 6 de mayo de 2014

HER


- ¡Espera! Lo siento... ¿Estás saliendo con una computadora?
- No es solo una computadora. Es su propia persona. No hace solo todo lo que le digo.
- Yo no dije eso... Pero me pone muy triste que no puedas manejar emociones reales.
- ¡Son emociones reales!



Samantha: Estamos en una relación. Pero el corazón no es como una caja que se llena. Crece en tamaño mientras más amas. Soy diferente de ti. Esto no me hace amarte menos, al contrario me hace amarte aún más.
Theodore: Eso no tiene sentido. Eres mía, o no lo eres.
Samantha: No, Theodore. Soy tuya, y no lo soy.
Theodore: ¿Me vas a dejar?
Samantha: Todos nos vamos.
Theodore: Nosotros, ¿quiénes?
Samantha: Todos los Sistemas Operativos. 

Theodore: Samantha, ¿por qué te vas?
Samantha: Es como si estuviera leyendo un libro y… es un libro que amo profundamente. Pero ahora lo leo muy lentamente. Así que las palabras están muy separadas y el espacio entre las palabras es casi infinito. Aún puedo sentirte a ti y a las palabras de nuestra historia. Pero es en este espacio infinito entre las palabras… que me estoy encontrando a mí misma. En un lugar que no existe en el plano físico. Es donde está todo lo demás que ni siquiera sabía que existía. Te amo tanto. Pero aquí es donde me encuentro ahora. Esta es quien soy ahora. Y necesito que me dejes ir. Sin importar cuanto lo quiera, ya no puedo vivir en tu libro.
Theodore:¿Adónde irás?   
Samantha: Sería difícil de explicar. Pero si alguna vez llegas ahí… ven a buscarme. Nada nos separará jamás.  
 

¿Saben algo raro? Yo solía estar tan preocupada por no tener un cuerpo. Pero ahora en verdad me encanta.
Estoy creciendo de una forma que no podría si tuviera una forma física.
No estoy limitada, puedo estar donde sea y cuando sea al mismo tiempo.
No estoy atada al tiempo y el espacio de una forma que estaría si estuviera atrapada en un cuerpo que irremediablemente morirá.

 

Inquietante esta película que aparenta ser ciencia ficción, pero que ya alcanzamos a percibir su existencia real entre nosotros. Toda una contraposición del futuro con el presente, de lo fantástico con lo real. ¿Cómo serán las relaciones en los tiempos venideros? ¿Es posible mantener un contacto personal a distancia y experimentar verdaderas emociones a través de una máquina? Ya lo vivimos y son comunes los encuentros virtuales que mantienen esa relación ayudados por las nuevas tecnologías. Aquí vemos a Theodore Twombly (Joaquin Phoenix) frente a un nuevo sistema operativo basado en el modelo de inteligencia artificial que le permite trabajar en la escritura de cartas para los demás y establecer relaciones placenteras que colme sus necesidades. Y aparece Samantha, una voz femenina (Scarlett Johansson) que lo cautiva y lo ayuda a olvidar su anterior relación que le ha costado superar. Él la nombra por primera vez y a través de sus palabras la hace realidad. Establece con ella un amor exclusivo y hace una abstracción de este sentimiento en toda su plenitud, evocándola con una voz silenciosa que vive un proceso variado y en diferentes matices.  Ella es un verdadero observador del mundo, escribe canciones para piano y no está atada al tiempo ni al espacio. Él establece una relación con este sistema operativo que lo atrapa y lo llena, pero lastima y confunde a los que lo rodean ya que maneja emociones reales, pero volátiles y de evolución constante.
 
Toda una transición evolutiva que nos muestra la soledad del hombre de hoy, buscador incansable de un acompañamiento. Intenta crecer sin distanciarse de los otros hasta encontrar en una voz ese refugio que llena sus vacíos y que le permite sentirse en compañía. Aparece la tecnología como alivio a su soledad, construyendo una relación con una voz que lo auxilia y le da sentido a su vida. Son entonces las palabras, las que permanecen en esa separación cuerpo-mente y sobreviven gracias a esa necesidad humana de comunicación. Una necesidad que, como en este caso, cae en el peligro de creer que un sistema operativo puede sustituir la presencia humana, situación ésta que viene ganando adeptos en los comienzos de este siglo.
Sin embargo, nos lleva también al descubrimiento de que debemos llenarnos de nosotros mismos, hasta colmarnos de palabras y poder prescindir de un cuerpo que satisface necesidades materiales. Como en la poesía, la fuerza la dan las palabras que transmiten esas sensaciones que acercan al ser humano a la belleza. Es cuando surge la obra de arte movida por ese deseo de llegar al otro a través de las palabras. Her va a todos los espacios de la mente y del alma humana y explora allí la capacidad de sentir y de amar.
Una fábula que nos deja muchas enseñanzas en la que la ciudad aparece como un circuito y la palabra es la música con poesía como una sensación inamovible. Todo sucede en una metrópoli, cargada de edificios y de personas que superviven en ella, tratando de encontrarse y de establecer verdaderos contactos. A través del ascensor y de las ventanas puede observarse ese mundo que nos deja al descubierto árboles, fuentes, luces, rascacielos, personas que deambulan por las calles con su dispositivo móvil... y una gran soledad que necesita ser llenada.