Alejandro Almenábar dirigió esta
película que se estrenó en el 2009 y ganó 7 Premios Goya en su edición XXIV de
la academia del cine español. Es protagonizada por Rachel Weisz que representa
a Hypatia de Alejandría, la primera mujer matemática conocida en la historia, fue además astrónoma y filósofa. Se considera la producción más costosa
del cine español ya que el reto de su director fue darle un matiz histórico,
mostrando la famosa ciudad de Alejandría en el siglo IV, lo más parecida a sus construcciones, templos, calles, personajes, vestuario, hasta su faro y
famosa biblioteca –maravillas del mundo antiguo-. Para lograrlo contó con
asesores históricos y científicos que hicieron los ajustes necesarios, aunque no
deja de tener elementos subjetivos propios de una película de este siglo.
Ágora se refiere al espacio del pensamiento, a ese centro cultural,
religioso y político donde se realizaban las asambleas de la ciudad. Allí
aparece Hipatia que nace entre el 355 o el
370 d.C. y logra adquirir conocimientos avanzados para la época, gracias al
apoyo de su padre quien está convencido de su independencia. Llega a ser la directora de la famosa Biblioteca de Alejandría donde se
convierte en símbolo de la sabiduría y es líder y maestra de los hijos de la
élite. Tiene a la ciencia como su religión y enseña a pensar y a dudar para
llegar al saber. Parece no tener en
cuenta su condición de mujer, por la que vive y muere, siendo fiel a sus
principios y sin dejarse involucrar por la religiosidad predominante en su
época. Son tiempos de enfrentamientos religiosos en los que lucha por proteger la
sabiduría del Mundo Antiguo y especialmente su legendaria Biblioteca, con la
ayuda de sus discípulos. El Imperio
Romano está a punto de extinguirse debido al ascenso del Cristianismo y se da
una verdadera lucha entre los judíos, paganos y cristianos. Aparecen sus
pupilos Orestes, guerrero impetuoso que se convierte en el Prefecto Romano en
Alejandría, y Davo quien busca su libertad y parece encontrarla si se une al
movimiento cristiano. Ambos están enamorados de
Hipatia y sólo reciben de ella su rechazo pues está dispuesta a vivir por lo
que cree. Aduce su independencia y su libertad respecto a los hombres, y habla
de su entrega y dedicación a la ciencia. Busca desesperada una explicación para las órbitas de los planetas y la
trayectoria de los astros. Mientras tanto se da el auge del
cristianismo, que llega a ser la religión dominante y controladora de la
política, en medio de masacres, destrucciones -entre ellas la Biblioteca- y expulsiones de la ciudad. Hipatia, sola y sin el
respaldo de ningún hombre, es juzgada por sus enemigos y la llaman “puta”, “escoria”, “pagana” y bruja”. Cirilo de Alejandría y sus
seguidores la condenan y es asesinada por ellos quienes aseguran que Dios es
solo uno y hay que darle muerte a los paganos.
Una película que trata el tema del
multiculturalismo y de la lucha de poderes, donde se resalta el papel invisible
que tuvo la mujer a fines de la era pagana, cuando aparece el cristianismo. Antes era más libre y tenía derechos, ahora la intención de sus contradictores es acabar con ella
para quitarle fuerza al caudillo Orestes e ir en contra de su condición de mujer sin ataduras. Además la
denominación pagana aparece creada por el cristianismo y detrás de los dioses
están los seres humanos buscando el poder, ese asidero que permite
aglutinarlos y darles posesión sin misericordia. Toda una crítica a la religión, a ese fanatismo vivido por los
cristianos, por un pueblo necesitado, que ve lo que quiere ver. Situación que se revive cada día con la
aparición del fundamentalismo y de innumerables iglesias que pululan por
doquier. Su director, Almenábar asegura que esta película hace una crítica “a cualquier tipo de
fanatismo e irracionalidad y se puede aplicar a otros ámbitos, diferentes al de
la religión”. Respecto a la mujer, vemos cómo su entereza y su fuerza transmitidas a la crianza y educación de los hijos, han logrado vincularla permanentemente a la cultura en todas las sociedades.