“El teatro es una interpretación
de la vida que incluso es más fiel que la propia vida”
De
nuevo el cine dentro del cine y la actuación contrastando con la realidad. En
una película oscura, lenta y pesada vemos la relación de dos mujeres, la
artista y su asistente, frente al planeamiento del paso del tiempo en la vida de una de ellas. Difícil tener que aceptar el trascurrir de los años y enfrentar
los sentimientos que esto genera: un miedo a envejecer y tener que dar un paso
atrás en el escenario de la vida. Una combinación de pasado, presente y futuro
se trenza aquí para mostrar lo compleja que es la realidad y explorar esa
intimidad de cada ser, el efecto del paso del tiempo y la manera de comunicar
esa vivencia. Toda una angustia y una sensibilidad extrema frente a la crisis
de la edad adulta, lo que contrasta con el dominio de la tecnología en la actualidad.
Su protagonista, Maria Enders (Juliette Binoche), es una
artista de 40 años a quien un director de teatro le propone que actúe en una
obra que la hizo famosa hace años, La
serpiente de Maloja. En ella desempeñó el
papel de una joven de 20 llamada Sigrid, amiga de Helena, una mujer que le
dobla la edad, a quien seduce, se burla de ella y la lleva finalmente al
suicidio. El director propone un cambio de rol y quiere que María interprete el
papel antagónico de Helena. Este cambio la llevará a alterar su
comportamiento y es grande su rechazo hacia el nuevo personaje que parece presentar
algunas semejanzas con su verdadera identidad. Su asistente Valentine (Kristen Stewart) la enfrenta y le hace saber que ya
no es tan joven y que debe actuar de manera apropiada, poniéndola más abajo de
donde creía estar. Otra actriz del cine comercial (Grace Moretz) hará su anterior rol; es joven y
bella, con un talante auténtico y airado, lo que perturbará
aún más la percepción personal de María y será mayor su inseguridad. Ya no es
lo que era antes.
Su director
francés Olivier Assayas obtuvo una buena crítica con esta película del 2014.
Ganó el premio Cesar a la Mejor Actriz Secundaria y obtuvo seis nominaciones; además
estuvo nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes y al Premio del
Público en el Festival de Chicago. La película
se presenta dividida en dos actos y un epílogo, y muchas veces confunde al
espectador ante la dificultad de diferenciar entre el guión de la película y el
de la obra de teatro. Con el rodar de este filme, encontramos a María Enders en
las colinas solitarias del valle suizo, Sils
María, donde aparece la serpiente de Maloja que es un fenómeno meteorológico
en el que las nubes se arrastran entre las montañas y lo cubren todo para
anunciar un cambio adverso en el tiempo. Es una invitación a María a bajarse de la cima de
su carrera y asumir las transformaciones que propone esa serpiente que avanza. Deberá entonces enfrentar los conflictos, los
miedos y las dudas propios de una mujer madura que con el pasar de los años debe cambiar su presentación de mujer glamurosa y llena de talento.
Vale la pena resaltar que este choque generacional, no tan natural, es provocado por la industria
cinematográfica que en su afán de vincular jóvenes y caras nuevas al
espectáculo crea una competencia desleal en la que vale más la apariencia que
el talento. Una crítica al cine de
Hollywood y al acoso amarillista de los medios de comunicación.