“París, la ciudad para escritores y artistas”.
París, la ciudad que invita a vivir.
París, la ciudad más romántica del mundo.
“Difícil pensar en una obra que supere esta ciudad”.
Con las anteriores expresiones, encontramos a Woody Allen haciendo un homenaje a esta maravillosa ciudad, después de Manhattan y de Barcelona. Va a ese lugar donde se reencuentra con lo mejor del arte y de la literatura, y con una fascinación onírica llega a la más bella época de París. Increíble poder penetrar en esos lugares de la bohemia parisina de la mano de su protagonista Gil Pender (Owen Wilson), un joven americano, que llega de vacaciones a “La Ciudad Luz” con su novia Inez (Rachel McAdams) pues está próximo a casarse. Cansado de la vida frívola a la que es sometido por ella y su familia, se enamora de esta ciudad y logra penetrar en su mundo mágico donde -con sorpresa- se encuentra frente a los más famosos escritores y artistas que le regalarán palabras, escenas y melodías. Conocerá a Scott Fitzgerald, Jean Cocteau, Ernest Hemingway, Mark Twain, Tom Eliot, Henry Miller, Gertrude Stein, Pablo Picasso, Luis Buñuel, Salvador Dalí y muchos otros que vivieron en París y formaron una época donde la creatividad y la riqueza parecieron estar en su mejor punto. Gil subirá cada noche a un coche de los años 20 que lo llevará al encuentro con los personajes parisienses y le permitirá hacer parte de la Edad de Oro. Entregará su proyecto de novela a Hemingway para su revisión y encontrará que su producción es creativa, lo que le permitirá llegar a otros escritores con entusiasmo. Esto también le dará la oportunidad de conocer a Adriana (Marion Cotillard), musa y amante de muchos de los personajes de este periodo, que aportará gran influencia en su vida. Por ello, al final de la película, Gil Pender decide quedarse en París para lograr su sueño, ser escritor. Ya no está atado al pasado que admira y que lo marcó profundamente, sino tomando decisiones claras, sin hacer caso a la nostalgia.
Todo un homenaje a un lugar que muestra compromiso con los ideales de Woody Allen, a una época que estuvo marcada por la intelectualidad, a sus héroes que dejaron huella en su formación y a su cultura caracterizada por la belleza de sus calles, boulevards, jardines y museos. Imposible olvidar la magia de lugares como la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, los puentes sobre el Sena, el Museo de Louvre y el Palacio de Versalles, que conquistan a todos los que allí acuden. Medianoche en París es toda una declaración de amor a esta ciudad donde vivió en su juventud, lo conquistó y lo marcó para siempre.
Esta comedia romántica, con la que se abre el Festival de Cannes en el 2011, es una mezcla de surrealismo y fantasía. También es la combinación de la nostalgia, “el pasado es un carisma para mí”, y de la búsqueda de la superación con lo que somos y tenemos, pues no da méritos a la creencia de que vivir una vida diferente pueda ser mejor. Así, la película no solo es una reflexión sobre temas destacados de la historia sino también sobre temas que Woody Allen siempre tiene presente en sus producciones: buscar la felicidad en medio de las oportunidades que nos da la vida, vivir el presente en el lugar y en el momento que nos corresponde, y valorar la cultura y el conocimiento en el desempeño de la gente. A pesar de la demostración de amor a una ciudad y a una época ya mencionadas, nos transmite su inquietud de no buscar en otros mundos irreales la satisfacción de la vida presente. En este caso, la creencia o no de que todo tiempo pasado fue mejor resulta difícil de definir, pues la película parece resaltar la importancia del ayer ya que los artistas consciente o inconscientemente siempre han demostrado amor por el pasado. En resumen, todo un viaje al pasado, con lugares marcados por el romanticismo, personajes bien representados, fotografía llena de encanto, y vestidos, luces, música y diálogos muy propios de la época. Tampoco faltó Woody Allen, el constante crítico de la vida, que bien pudo representar el papel protagónico en este interesante homenaje al arte y a quienes son sus creadores.
“La nostalgia es la negación de un presente doloroso”.
"Los artistas están para ofrecer con su obra belleza y esperanza
ante el sinsentido de la existencia..."
"Los artistas están para ofrecer con su obra belleza y esperanza
ante el sinsentido de la existencia..."
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