“Los juicios de las personas son ventanas al alma humana”.
“Estamos más enamorados del deseo que del objeto sexual”.
“Si la amistad
desapareciera de la vida, sería lo mismo que si se apagara el sol, porque nada
mejor ni más dichoso, hemos recibido de los dioses inmortales”.
“Nadie es tan desgraciado, como
es el que se aspira a ser alguien y algo distinto, a la persona que es en
cuerpo y alma”.
“El aislamiento existe sólo si se aísla, una vez se comparte se aleja”.
“A medida que la muerte se acerca se debe comprender el valor de la vida”
“La muerte no da temor cuando uno
ha consumido la vida”.
Interesante
el tema de esta película que, si bien los hechos descritos en ella no se
basaron en la realidad, muestra un acercamiento muy grande al pensamiento de
cada uno de los personajes protagónicos: Friederich Nietzsche (Armand Assante), Joseph
Breuer (Ben Cross) y Sigmund Freud (Jamie Elman). Está basada en la obra del
psicoanalista norteamericano y destacada figura dentro del campo de la
psicología existencial, Irvin D.
Yalom, quien simula el encuentro entre el filósofo revolucionario alemán, el
médico-fisiólogo-psicólogo austríaco, y el padre del psicoanálisis.
La obra, grabada en el 2007, transcurre en Viena, a finales del siglo XIX,
cuando la escritora alemana de origen ruso, Lou Andreas Salomé, visita a Breuer
con el fin de buscar una ayuda para Nietzsche. Este filósofo, que presenta una
profunda melancolía e ideas suicidas, será grande a percepción de la escritora que
ya conoce sus libros. Breuer acepta psicoanalizarlo sin que él lo sepa bajo las
nuevas teorías y el apoyo de Freud, su joven alumno de apenas 24 años. Su intención es curarlo mentalmente, y se
establece entre ellos una desconocida amistad que, para sorpresa de ambos, termina
hallando la cura a los males de Breuer.
Es cuando aparece la palabra como la salvadora que permite aflorar del
inconsciente los deseos reprimidos. Así cada uno va depositando en el otro sus
propias limitaciones y dificultades hasta encontrar un sentido a la vida y buscar
un verdadero refugio en la amistad. Males como la lujuria y las fantasías
sexuales del médico por la paciente Bertha Pappenheim (el caso de Ana O) y el
amor frustado de Nietzsche por Lou Salomé parecen hallar su solución. Entra en
juego el valor de la catarsis, tratando de hacer consciente lo inconsciente y
de expresar libremente las emociones y sentimientos de cada uno de ellos. Finalmente
Freud y Breuer van perfeccionando conceptos valiosos para la creación del
psicoanálisis, Breuer descubre la genialidad
de Nietzsche, y este gran filósofo tiene elementos de peso para la creación de
su máxima obra “Así hablaba Zaratustra”.
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