“Estoy convencido de
ello. Tienes que hacer todo lo que puedas y esforzarte al máximo. Y si
mantienes el optimismo, siempre te quedará el
lado bueno de las cosas”.
Una comedia romántica que da sentido a la vida
e intenta salvar la actitud positiva de las personas. Muestra cómo lograr el
proceso de adaptación a la familia, rescatando ese fondo cultural que ella
tiene y que en este caso, toca el trasfondo de la pasión por la música y la
danza. De manera cómica y a un ritmo acelerado que en muchos momentos nos hace
sentir incómodos, exhibe los desajustes de un grupo familiar que padece el
síndrome bipolar. El padre y el hijo manifiestan locura y obsesión por todo;
mientras la madre es sumisa y asume la actitud de ser la sombra vigilante de
ellos. A su vez, la joven -que aparece para completar este cuadro- marca las
mismas características de ellos y está llena de vitalidad y energía. Toda una sátira a la normalidad, que fluctúa
entre el que explota y el que aguanta, el que recibe castigo y recompensa, el
que odia y finalmente aprende a amar. Además se reivindica el uso de los
medicamentos para el tratamiento de enfermedades mentales –ya que él cambió
totalmente con la medicación- y el valor terapéutico del arte.
“Te lo advierto.
Tienes que estar atento a las señales. Cuando la vida te brinda un momento como
éste, es un pecado no aprovecharlo. Es un pecado”.
Patrick es llevado a casa por su madre, después
de haber estado ocho meses en un centro de salud mental debido a un altercado sufrido
con el amante de su esposa. Allí, al lado de sus padres manifiesta
comportamientos que rayan con la violencia y la depresión, lo que complica su convivencia
en esta familia y hace difícil el cometido de rehacer su vida. Lee a Hemingway
y a Shakespeare quienes le dan conciencia de las pasiones humanas y busca en la
música su desahogo. Su vida parece un fracaso: sin
empleo, sin amigos, sin hogar, sin compañera. En sus prácticas deportivas conoce
a Tiffany, una chica que acaba de enviudar, ha asumido una conducta sexual
desenfrenada y presenta dificultades en su relación con los demás. Sin embargo,
ambos comparten su afición por el deporte, aunque anteponen su condición de
comprometidos, sobre todo él que anhela recuperar a su mujer. Muchos encuentros,
afortunados y desafortunados se dan entre ellos, hasta alcanzar una actitud positiva que
los llevará a descubrir el verdadero valor de esta relación.
“Un incidente puede
cambiar toda una vida”.
Película ganadora del Oscar a la mejor actriz y
nominada a otras modalidades por los que ha recibido buenos comentarios. Su
director David O. Rusell es también el autor del guión basado en la novela
escrita por Mattew Quick. Sus protagonistas Bradley Cooper, Jennifer Lawrence,
Robert de Niro y Julia Stiles, en 120 minutos, nos
regalan una brillante actuación que pone en juego esa combinación extraña de
angustias, temores y perturbaciones que manifiesta la gente en su diario vivir. Más válido aún
porque al final encontramos ese rescate emocional que salva lo enfermizo y disfuncional en su realidad.
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