“Nadie me quiere
¿sabe? Ni siquiera mi abuela. Todo el mundo se aleja de mí porque soy ciego. Si
pudiera ver podría ir a la escuela del pueblo con los otros niños. Pero como no
puedo ver tengo que ir a la escuela para niños ciegos en el otro extremo del
mundo. Nuestro profesor dijo que Dios ama a los ciegos porque no pueden ver y
yo le dije que si fuera así no nos habría hecho ciegos, para que pudiéramos
verlo a él. Él me contestó, Dios no es visible está en todas partes, puedes
sentirlo cerca, lo ves a través de la punta de los dedos. Ahora tiendo las
manos por todas partes buscando a Dios hasta que pueda tocarlo y pueda contarle
todos los secretos de mi corazón".
De nuevo el sonido de la
naturaleza acompaña nuestra mirada, junto con las imágenes que nos transmite
cargadas de belleza. Es el lenguaje de la poesía como una metáfora interior que
llena de encanto todo lo que vemos y nos lleva a niveles profundos de la
conciencia. Podemos decir que esta película es un homenaje a los sentidos
frente a un tema dominante como es la incomunicación del ser humano y se
acentúa cuando la víctima es una persona invidente. Otra vez protagoniza la
historia una persona ciega, en este caso un niño inteligente y sensible que es
víctima de un padre viudo, que ha perdido a su esposa hace pocos años. Hasem
(Hossein Mahjub) teme enfrentar la educación de su hijo Mohammad (Mohsen
Ramezani), en la cultura islámica donde se le han castrado sus emociones, vive
sin afectos y es un hombre distante. Lo envía a Teherán para que reciba
instrucción en una escuela especial junto con otros niños de su misma
condición, pero no espera tenerlo cerca, al lado de sus hermanas y su abuela durante las
vacaciones de verano. Cuando esto sucede y Mohammad disfruta a plenitud la
compañía de su familia y de la naturaleza en el campo, su padre busca la ayuda de un
carpintero ciego para que lo entrene y le dé las pautas para defenderse en la vida.
Además quiere apartarlo de su entorno pues planea contraer nupcias con una joven
que desconoce la presencia de este hijo, una vergüenza para él. Se lo lleva
engañado y al mismo tiempo, oculta a su familia estas intenciones que solo
producen sufrimiento y desolación en este pequeño. Ya nada volverá a ser como
antes y es la naturaleza la encargada de mostrarle a Hasem las consecuencias de
su decisión.
Se impone el tema de la paternidad ejercida por un hombre que se siente víctima de las circunstancias y en su afán por buscar una solución que logre recuperar su estatus de poderoso y merecedor de todo lo que desea, termina más ciego que su propio hijo. Son numerosos sus miedos, y es tan grande su soledad y su egoísmo que es incapaz de ver la riqueza que lo rodea. A su lado encontramos a la abuela, la imagen de la mujer a plenitud, esa dadora de un amor incondicional y transmisora del conocimiento natural. A través de ella se nos habla del valor de la educación y junto con los profesores y el carpintero encontramos personas que aportan sentimientos de bondad y generosidad al niño, haciéndole agradable su existencia. El sabe acercarse a la naturaleza con su lenguaje cósmico y son sus manos y su oído los que permiten ese contacto con ella y con todo a su alrededor. El agua, el viento, los colores, los animales, los sonidos de la naturaleza, las flores, la riqueza del campo y todo el paisaje logran crear una fotografía de ensueño que le saben dar una compañía que disfruta a plenitud. Su director, Majid Majidi, repite producción en nuestro blog con esta obra de arte de 1999 que ha merecido los mejores comentarios y reconocidos premios. Vale la pena destacar la presencia de actores naturales, solo el padre es un actor consagrado.
Se impone el tema de la paternidad ejercida por un hombre que se siente víctima de las circunstancias y en su afán por buscar una solución que logre recuperar su estatus de poderoso y merecedor de todo lo que desea, termina más ciego que su propio hijo. Son numerosos sus miedos, y es tan grande su soledad y su egoísmo que es incapaz de ver la riqueza que lo rodea. A su lado encontramos a la abuela, la imagen de la mujer a plenitud, esa dadora de un amor incondicional y transmisora del conocimiento natural. A través de ella se nos habla del valor de la educación y junto con los profesores y el carpintero encontramos personas que aportan sentimientos de bondad y generosidad al niño, haciéndole agradable su existencia. El sabe acercarse a la naturaleza con su lenguaje cósmico y son sus manos y su oído los que permiten ese contacto con ella y con todo a su alrededor. El agua, el viento, los colores, los animales, los sonidos de la naturaleza, las flores, la riqueza del campo y todo el paisaje logran crear una fotografía de ensueño que le saben dar una compañía que disfruta a plenitud. Su director, Majid Majidi, repite producción en nuestro blog con esta obra de arte de 1999 que ha merecido los mejores comentarios y reconocidos premios. Vale la pena destacar la presencia de actores naturales, solo el padre es un actor consagrado.
El cine que hacen en este hermoso paîs es de verdad, algo increîble. De las pocas cosas que ponen en el ponen al cine con los otros seis.
ResponderEliminarGran texto también. Te quiero <3