“Déjame tocarte con mis palabras,
ya que mis manos yacen inertes
como guantes vacíos.
Deja que mis palabras
acaricien tu cabello,
se deslicen por tu espalda
y te cosquilleen el vientre,
ya que mis manos tan livianas
y aladas como ladrillos,
ignoran mis deseos
y se rehúsan tercamente
a realizar mis más
silenciosos deseos.
Deja que mis palabras
entren en tu mente
portando antorchas,
déjalas entrar
voluntariamente a tu ser
para que te acaricien
suavemente desde dentro”. Mark O´Brien
ya que mis manos yacen inertes
como guantes vacíos.
Deja que mis palabras
acaricien tu cabello,
se deslicen por tu espalda
y te cosquilleen el vientre,
ya que mis manos tan livianas
y aladas como ladrillos,
ignoran mis deseos
y se rehúsan tercamente
a realizar mis más
silenciosos deseos.
Deja que mis palabras
entren en tu mente
portando antorchas,
déjalas entrar
voluntariamente a tu ser
para que te acaricien
suavemente desde dentro”. Mark O´Brien
La
vida de este escritor y periodista americano, Mark O´Brien, es el tema de la
película Las sesiones. Padeció de
una poliomielitis en su infancia y al quedar tetrapléjico permaneció sin movimiento
en una cama dependiendo de un respirador artificial. Sin embargo, a través
de una camilla eléctrica pudo llegar a la universidad, licenciarse en
literatura anglosajona, ingresar a la Escuela de Periodismo de Berkeley y abrir
las puertas para que otras personas con sus mismas condiciones tuvieran el mismo
acceso. Escribió varios ensayos, artículos y poemas, entre los que se encuentra
el Poema de amor para nadie en particular que aparece al final de este film americano del 2012 cuyo director y guionista es Ben Lewin.
Respirar es una fortuna para quien no puede
valerse de su cuerpo y está ansioso de un abrazo. Sabe que puede vivir con el
corazón y a través de él realizar un viaje ayudado por su voz y sus palabras.
Porque no hay nada que toque más que las palabras y con ellas iniciar ese
contacto con el otro, con ese ser deseado que pueda llevarlo a experimentar el
anhelado placer sexual. Y es que nuestro protagonista, a sus 38 años, solo ha intentado vivirlo consigo mismo en su soledad. Así, Mark O´Brien
(John Hawkes) inicia la búsqueda de una terapeuta sexual Cheryl Chen-Greene
(Helen Hunt), que no es una prostituta y
con la asesoría de un sacerdote amigo (William H. Macy) descubre que puede
aprender a reconocer su cuerpo y a encontrar placer a pesar de su discapacidad.
Con ella pierde su virginidad, recorre caminos inexplorados y descubre el valor
del sexo y del erotismo. En seis sesiones reglamentarias y sin moverse de su
cama, recorre el mundo, lo recrea junto con ella y van a la búsqueda de un
placer infinito que solo las palabras pueden conjugar. Todo un homenaje al
orgasmo simultáneo y al sexo como parte
de la emocionalidad, sin manejo de culpas y sin represiones. Un mensaje muy
positivo para esta sociedad en la que el sexo se ha trivializado hasta el punto
de ser manipulado por los medio, aprovechado también por la religión con el eterno
manejo de la culpa para frenar al ser humano.
Una película que ha recibido muchos premios y
nominaciones entre las que se destaca la nominación al Oscar 2012 por la mejor
actriz secundaria (Helen Hunt) y el premio del público y mejor reparto en el Festival de Sundance. Con diálogos muy profundos y un excelente
tratamiento de la intimidad, descubrimos las maravillas que hace la educación
ayudada, por supuesto, del dinero. Un trato honesto y emotivo al tema del sexo
y la discapacidad.
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