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domingo, 25 de enero de 2015

DE HOMBRES Y DE DIOSES


¿Deben quedarse o irse los monjes cistercienses que mantienen una relación cordial con la población musulmana, pero que son amenazados por un grupo de fundamentalistas islámicos? Este reto se lo plantean ocho monjes laboriosos y disciplinados que viven en un monasterio ubicado en las montañas de Magreb, Argelia. Saben que cuentan con la protección del ejército, pero la rechazan. Descubren la amenaza que los circunda, y algunos hasta piensan en huir, pero finalmente todos optan por quedarse. Establecen lazos de unión con quienes viven a su alrededor, los apoyan y hasta les ofrecen sus servicios médicos. Sin embargo, no tienen otra elección que resistir. Terminan entonces siendo víctimas de los islamistas que siembran el terror en el territorio musulmán.
 
Ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes y con tres premios Cesar en el 2010, por mejor película, actor secundario y fotografía. Fue nominada al Oscar como mejor película extranjera. Un film basado en el libro de John W. Kiser en el que revive los hechos sucedidos en Argelia a los monjes del Tibhirine (Argelia), durante tres años que duró su secuestro -desde 1993 hasta 1996-. En 120 minutos Xavier Beauvois, su director francés, y con un reparto de oro, nos plantea la lucha interior que viven quienes son amenazados permanentemente y deben explorar entre el miedo y la decisión. Una lucha que se intensifica en quienes mantienen esa relación especial con Dios, ese ser poderoso a quien le comunican sus dudas y temores, y es testigo de su soledad y de su abandono. Sin fanatismo religioso, están dedicados al cultivo de la tierra y a la oración y deben tomar la opción de la paz y de la serenidad. Les cuesta asumirla, por cuanto cada uno de los monjes posee un carácter diferente con motivaciones e impulsos propios, y entran en desconfianza con la figura de Dios que parece no escuchar sus súplicas. Al final alcanzan tal desprendimiento que terminan viviendo como una familia y asumiendo las características de ecuanimidad y fortaleza del líder del grupo. Encuentran dominio en el diálogo y la convivencia, en la fe y el amor. Han crecido como grupo y ahora sí pueden enfrentar los dos fuegos, el ejército y los terroristas, porque se sienten dominados por la fe, principal arma para buscar la paz y enfrentar el miedo. Instantes conmovedores acompañan los últimos momentos de esta película cuando se reúnen todos a celebrar lo que presienten será una despedida.
 
Una puesta en escena muy sobria, cargada de tonos grises y blancos y del silencio del convento, e iluminada con la luz de las velas, lo que contrasta con la belleza natural del paisaje. Un paisaje argelino en el que dominan las ovejas -símbolo del rebaño verdadero- y la niebla que termina cubriendo la imagen de los protagonistas cuando estos se retiran a las montañas. Un film con un profundo mensaje humanista.
 
“La vida y la muerte de los siete hermanos de Atlas es un testimonio que no puede ser olvidado. ¡Que ni la diplomacia, ni la política, ni una mirada carente de trascendencia sobre estos acontecimientos vaya a privarnos de la voz de nuestros mártires ni acalle el clamor de ese grito de amor y de fe!”

 


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