“Cuando estaba en tercer grado, la maestra nos
mostró un informe de Colonia Dignidad. En esa época yo ni sabía dónde quedaba
Chile, pero recuerdo que fui corriendo a contárselo a mi mamá. La historia, la
ira y la rabia que me provocaron se quedaron conmigo”. Florian Gallenberger
Un testimonio que permite recordar una parte de la historia
dolorosa de América Latina liderada por Augusto Pinochet, el golpe militar chileno en
1973. Es también una memoria que intenta ser fiel a la realidad, aunque la vemos
cargada de muchos elementos del cine comercial como demasiada acción, violencia descarnada y un final forzado que pretende dar solución al
conflicto en dos o tres minutos. Esta película fue rodada en Luxemburgo,
Alemania y Buenos Aires, con la ayuda de imágenes de documentales de la
historia de Chile. Estuvo dirigida por Florian Gallenberger, quien junto con Torsten Wenzel escribió el guión.
Tuvo cinco nominaciones a premios del cine alemán en el año 2015 y se presentó
en el Festival de Cine de Toronto donde fue muy ovacionada por el público.
La actriz inglesa Emma Watson y Daniel Brühl son la pareja que protagonizan
a Lena y Daniel. Lena, una azafata alemana, llega a Chile en busca de Daniel,
un fotográfo y artista gráfico, también alemán, que está realizando unos
afiches de propaganda del gobierno de Salvador Allende. De repente, sucede el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, que produjo el derrocamiento del
presidente elegido democráticamente. Los protagonistas son detenidos y llevados
por los militares al Estadio Nacional donde Lena es liberada, pero Daniel es
secuestrado por la DINA, la policía secreta de la dictadura de Pinochet. Lena logra
averiguar el lugar del encierro de Daniel y descubre que es la Colonia
Dignidad, un centro de tortura disfrazado de albergue de inmigrantes alemanes.
Va hasta allí donde simula ser una seguidora del director de esa Colonia, Paul
Schäfer, consigue ser aceptada y descubre el infierno que este sitio encierra
donde nadie ha logrado salir.
Una película basada en hechos
reales que muestran la complicidad entre la Embajada Alemana en Chile y la
Colonia Dignidad, con documentos y material gráfico veraces. Durante el Festival de Cine en Toronto, este film encontró apoyo por
parte de ex colonos chilenos que dieron testimonio de la autenticidad de las
escenas allí grabadas y muestras de gratitud por honrar la memoria de las
víctimas de Paul Schäfer. Sin embargo, ambos
países guardaron silencio sobre las escabrosas imágenes aquí consignadas, a
pesar de la intención de su director de “echar luz sobre este capítulo tan
oscuro”.
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