El pasado y el presente se unen
en esta historia que tiene como eje a dos hermanos fuertemente unidos, pero
cada uno con un ritmo de vida diferente. Joe, que vive en Manchester, está
dedicado a las tareas de mar con su hijo Patrick de 16 años, y Lee, residente
en Boston, lleva una vida simple y solitaria encargado del mantenimiento de
edificios. Todo cambiará cuando el cáncer destruya la vida de Joe y Lee reciba
el legado de su hermano de cuidar a Patrick en la ciudad de éste, mientras
adquiere la mayoría de edad. Será una tarea difícil para quien no ha sido capaz
de velar por sí mismo y es un personaje violento, cargado de silencios y con
muchas dificultades para adaptarse a la sociedad. Así, tío y sobrino empezarán
una relación tirante, regida por el dominio del menor que poco a poco irá
entrando en razón hasta demostrar que ha adquirido independencia y no es
necesaria su protección. Por su parte, Lee no superará la pérdida de su hermano y
serán muchos los momentos difíciles que transmita al espectador, como variadas
las cargas emocionales que no ha logrado superar y trae al presente con
frecuencia.
En este drama de 135 minutos, su
director y guionista estadounidense, Kenneth Lonergan, penetra en esas
vivencias profundas donde el licor actúa como desencadenante y donde el dolor
por la tragedia personal es tan grande que se hace imposible expresar esos
sentimientos. Describe así cómo es la verdadera angustia y el más triste vacío
emocional. Presenta también un paisaje triste, frío y muchas veces lúgubre que hace
contraste con una embarcación frente al mar plena de luz y de calor de hogar. Su
estructura está llena de recuerdos presentes en flashbacks contantes. Obtuvo el
Premio Oscar 2016 a mejor actor (Casey Affleck) y mejor guion original y el
Globo de Oro como Mejor Drama con otras cinco nominaciones.
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