“Debes decidir tú solito quién serás. No puedes dejar que nadie tome esa decisión por ti”.
“Déjame decirte algo. Hay negros donde quiera. Recuerda eso, no hay un lugar en el mundo donde no haya negros. Fuimos los primeros en el planeta”.
Moonlight o Luz de luna en español es la ganadora del premio Oscar a la Mejor Película y de los premios Mejor Guion Adaptado y Mejor Actor de Reparto (Mahershala Ali) en el presente año. Está basada en la obra In Moonlight Black Boys Look Blue de Tarell Alvin McCraney, con guion y dirección de Barry Jenkins. Este premio es un reconocimiento a la comunidad negra que reivindica una vez más su papel dentro de la sociedad, sin importar lugar ni clase social. Poco sorprendió que su director se identificara con el personaje central ya que ambos son negros, de edades y épocas semejantes, habitantes de barrios dominados por el crack y con madres sumergidas en la autodestrucción. En otras palabras, hijos solos acosados por la discriminación racial y el abandono cuando aún no se tiene noción de la vida, ni de la propia individualidad.
No es fácil el planteamiento de la película si
contamos con este ambiente, pero el secreto de ella es la presentación de todos
los rasgos y actitudes de su protagonista hasta ir llegando a la construcción
de un personaje que se reconoce y que puede señalar claramente sus carencias y
sus potencialidades. Así, su director divide la obra tres capítulos con un título
diferente que marca la época vivida por nuestro protagonista en las calles de
Miami: 1. Little, 2. Chiron y 3. Black (representado por Alex Hibbert, Ashton
Sanders y Trevante Rhodes respectivamente). Tres periodos en los que vivirá el
abuso, el dolor, la soledad y la agresividad hasta desnudar su alma y reencontrarse
con su verdadera condición. Pasará por la tristeza de ver a su madre consumida
por las drogas, el descubrimiento de su orientación homosexual con las cargas
negativas que éste le trae, el hallazgo de un amigo de colegio que reafirma su definición
sexual, y el acompañamiento de un adulto que le plantea la necesidad de ser él
mismo, y la posibilidad de encontrar la belleza y el cariño a su alrededor.
Todo esto, sin olvidar su esencia, su origen, su calidad de negro.
Es la primera vez que un cineasta afroamericano gana
este premio con una película que para muchos es “una carta de amor a los
valores humanos básicos que nos conectan a todos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario