“Lo sucedido es una advertencia que debe ser continuamente recordada. Fue posible que sucediera y es posible que vuelva a ocurrir en cualquier momento y sólo podemos prevenirla mediante el conocimiento. El peligro reside en nuestra incapacidad por indagar, en la urgencia por olvidar y en la incredulidad de que eso fuera posible".
Tres personajes de diferentes
nacionalidades –un policía francés (Philippe
Duquesne), una condesa rusa (Yuliya Vysotskaya) y un aristócrata
alemán (Christian
Clauss)- y con diversas filosofías de la vida son los protagonistas de
esta película que se desarrolla en la II Guerra Mundial. Andréi Konchalovski asume la dirección de
este drama en el año 2016 y lo proyecta en blanco y negro en 130 minutos, con
una fotografía excelente y con tema que intenta alejarse de las atrocidades
presentadas en muchas versiones sobre el Holocausto Nazi. Recibe el premio a
Mejor Dirección en el Festival de Cine de Venecia y los premios a Mejor Actor,
Mejor Fotografía y Premio del Jurado Joven en el Festival de Cine de Gijón.
La historia de este drama está
narrada de una manera particular puesto que alterna las confesiones de sus
protagonistas en tres idiomas diferentes, con la presentación de los hechos
vividos en 1942. Sus personajes centrales, vestidos de gris y cargados de
honestidad, se enfrentan a la cámara y narran su propia tragedia frente a un
tribunal que el espectador no ve, pero que ya ha decidido el futuro de ellos. Por su
parte, los hechos presentados no se centran en la descripción del Holocausto, ni
en la tragedia de las víctimas de los campos de concentración, aunque es
imposible evitar imágenes referentes a esta escalofriante historia. Su principal interés es ir al interior de sus personajes, confesar sus miedos,
contar todas sus vivencias, y conocer sus ideales y
motivaciones para darle sentido a sus actuaciones, y de alguna manera
justificarlas. Olga, la condesa rusa que vive en París y pertenece a la
Resistencia Francesa, es arrestada por la policía nazi por haber ocultado niños
hebreos ante las autoridades. Helmut, el aristócrata alemán que termina
abrazando el nacionalsocialismo, es un importante capitán de la SS o policía secreta nazi que ejerce su poder sin pensar
en las consecuencias. Y Jules, el policía francés que colabora con la Gestapo,
se dedica sin compasión a capturar judíos y miembros de la resistencia. A través de ellos, la película se centra en mostrar que no hay una raza pura, que vale la pena
reflexionar sobre al comportamiento humano en estas situaciones de barbarie, y que en la guerra todo se pierde, hasta la
supervivencia, ya que la muerte termina siendo la salvación. Cada uno hace su
confesión y serán también los espectadores quienes valoren sus actuaciones y
las juzguen.
Konchalovsky profundiza no solo en la
maldad del ser humano que aparece cuando se encuentra en circunstancias
extremas, sino también en ese lado positivo y esperanzador que necesita la
humanidad para vencerla. Una manera más
para recordar esa época nefasta de la historia que siempre necesitará de la
memoria.
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