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jueves, 12 de marzo de 2020

WHIPLASH




“No hay dos palabras que sean más dañinas en nuestro idioma que buen trabajo”. Fletcher

“Exijo a la gente más de lo que se espera de ella. Lo considero absolutamente necesario”. Fletcher


Whiplash, llamada en español Música y Obsesión, es una película que tiene a la competencia como motor de máxima aspiración, y al perfeccionismo como herramienta usada para dominar, infundir el terror y la degradación. Convierte al éxito en una lucha que atraviesa los límites y produce pánico ya que genera una tensión de máxima hostilidad: Triunfas o desapareces. Peligrosos extremos que atentan contra la salud mental, el amor, y el gusto por la vida de quienes se enfrentan a ellos. Se aplica aquí la máxima con que se educó en épocas anteriores, “La letra con sangre entra”, en un sentido literal. Esta fórmula -propia de los ambientes de guerra- se ha extendido a la música, los deportes, la educación y al trabajo en general. Duele saber que es una ideología dominante de la época actual cuando prima la competencia en los ambientes laborales y ante todo se exigen metas, cada vez más altas para alcanzar los más elevados estándares de desempeño. Es plantear el reto: Lo logras o estás por fuera.                          

Whiplash es la historia de Andrew Neiman (Miles Teller), un estudiante de música de 19 años, deseoso de triunfar y llegar a ser uno de los más grandes bateristas de la historia. Recibe sus clases en la ciudad de Nueva York, en el prestigioso Conservatorio de Shaffer donde trabaja el director de orquesta Terence Fletcher (J.K.Simmons). Este joven aspira llegar a ser parte del conjunto de jazz del famoso Fletcher y se empeña en alcanzarlo a toda costa, aún de los tratos y estilo brutal de este maestro. Una batalla feroz es la que enfrenta Andrew ante la enseñanza bélica de su maestro, con un lenguaje vulgar y tonos agresivos, con lágrimas y sangre, en un ambiente hostil y cargado de dolor. Fletcher no perdona un solo error y despide de inmediato a quien lo presenta. El espectador puede captar aquí todo lo que un ser humano puede soportar con el fin de lograr sus sueños y alcanzar sus metas. Valiosa esta lección, en el sentido de la lucha y la insistencia por alcanzar un ideal; sin embargo, se torna muy negativa cuando esta energía flota en la insensatez de arrasar con todo, sin importar los conflictos que genere.

Esta película estadounidense de 2014 fue dirigida por Damien Chazelle, quien también la escribió a partir de su experiencia como músico frustrado en su juventud. Con ella abrió el Festival de Cine de Sundance en la Categoría Drama, en el mismo año.  Estuvo nominada a los premios Óscar en cinco categorías: Mejor Película, Mejor Guion Original, Mejor actor secundario (para Simmons), Mejor Montaje y Mejor Mezcla de Sonido. Una película con “ritmo trepidante” que genera angustia y cuestionamiento en el espectador frente al estilo de vida de sus protagonistas. Sus piezas musicales son tan fuertes e impetuosas que llevan a la batería a ser el “alma de la música”, con movimientos tan violentos como el drama que plantea.

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