Hitler imaginario: Déjame darte un buen consejo. Sé el conejo. El humilde conejo puede
burlar a todos sus enemigos. Es valiente, escurridizo y fuerte. Sé el conejo.
Jojo: Estoy muy ocupado como para tener una
novia. Elsa: Un día tendrás
tiempo. No pensarás en nada más. Conocerás a alguien y pasarás cada día soñando
con el momento en que la tengas entre tus brazos. Eso es el amor."
Rosie: Claro. Tomas champaña si estás feliz, champaña si estás triste. Manejas un auto. Apuestas si quieres. Tienes joyas. Aprendes a usar una pistola. Viajas a Marruecos. Tienes amantes. Los haces sufrir. Ves a un tigre a los ojos. Y confías sin sentir temor. Eso es ser una mujer.
Elsa: La última vez que vi a mis padres fue en la estación. Los pusieron en el tren. Me escapé. Lentamente, encontré mi camino de regreso a la ciudad. Un amigo de mi padre me escondió. Luego, otro amigo, luego amigos de amigos... Hasta que tu madre me acogió. Y hasta ahora sigo aquí. Pero mis padres se fueron a un lugar del que no regresas.
Recordar lo monstruoso que ha vivido la humanidad es una necesidad constante de todos los tiempos y de todas las culturas y se hace más valiosa ahora desde la mirada de un niño. No es fácil aceptar vivencias y sentimientos cargados de dolor y de tragedia, y, menos aún visualizar con ojos infantiles, personajes que tanto daño le han causado al hombre. Sin embargo, el director neozelandés Taika Waititi, basado en la novela de Christine Leunens, se atrevió a hacerlo el año pasado en esta película estadounidense, con todo lo que implica relacionar la guerra con la infancia y a Hitler con la presencia de un chiquillo.
Una relación amigable entre Hitler y un chico solitario alemán que
pertenece a las juventudes hitlerianas choca de inmediato con el espectador. Así
es el inicio de esta película que se sale de los estereotipos y cuenta la
historia de una manera diferente y apta para todos los públicos. Este niño (Roman
Griffin Davis) vive con Rosie (Scarlett Johansson) su madre soltera y cuenta con un amigo imaginario, Adolf Hitler (Taika Waititi),
que estará siempre a su lado para imponer su ideología y su estilo de vida
intransigente. El nombre que se le asigna, Jojo Rabbit, nacerá de su primera
experiencia con compañeros y tutores que lo obligan a hacerle daño a un conejo
y ante su negativa, terminan poniéndole este apodo como una burla a su
cobardía. Como medio de defensa ante esta y muchas otras situaciones, acude a
su amigo imaginario quien será fuerte en sus apreciaciones y Jojo Rabbit irá
evidenciando que sus consejos van siempre contra su propia naturaleza. Todo
será más difícil cuando descubra a una niña judía oculta en el ático de su casa, bajo el amparo de su mamá. Jojo se sentirá
desesperado con esta compañía que atenta contra su seguridad y los consejos
de su fantasma, en medio de una guerra absurda que impone una presión
antisemita, por lo que debe callar y esperar.
El niño estará
siempre entre el bien y el mal, la mentira y la verdad, y la realidad y la
fantasía. Muchos críticos opinan que “es un tira y afloje entre el drama y
la comedia”, semejante a lo vivido en “La vida es bella”. Jojo irá experimentando
un cambio de su visión del mundo y descubrirá la verdad con sus vivencias que
harán de esta película una sátira
al odio en una sociedad en la que prima la intolerancia y el fanatismo. Jojo también mantendrá
una relación admirable con su madre, quien le da respeto y libertad para pensar
y actuar. Esta producción ha recibido muchos elogios por su contenido, las
actuaciones de sus protagonistas, la banda sonora y los mensajes optimistas que
trasmite. Ganó el Premio Oscar 2020 por ser el Mejor Guión Adaptado, y recibió las nominaciones
a la Mejor Película, Mejor Actriz Secundaria (Scarlett Johansson), Mejor Dirección
de Arte, Mejor Diseño de Vestuario y Mejor Montaje.
"Deja que todo te pase. Belleza y terror. Solo sigue adelante. Ningún sentimiento es final". Reiner María Rilke
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