Aunque respetamos esta opinión de una parte
de nuestras integrantes y de la misma directora de la película Lila Avilés, a
la mayoría nos pareció un poco sesgada la óptica para justificarla ya que la
camarera cuenta con comida, vestido, salario, posibilidad de estudiar y
compañeros de trabajo que la aceptan Es cierto que vive momentos de desánimo,
cansancio laboral por las extensas jornadas, y de frustración por el trabajo
que ejerce, sin la posibilidad de ser una verdadera madre, como sucede en
tantos empleos hoy en día; pero resaltamos ese derecho a laborar y a ser una
trabajadora de hotel con retribuciones y obligaciones. Además, nos
presenta una imagen muy estática y monótona de su protagonista, con cambios
mínimos en su expresión facial y corporal, y con limitados deseos de salir
adelante. Sin embargo, reconocemos que es marcada la soledad, la frialdad y el
aislamiento personal de Eve en un hotel con grandes habitaciones y “clientes
fríos, egoístas y excéntricos”. Quiere ser ascendida a la planta 42 donde
laborará con mayor sueldo y propinas más valiosas, pero no lo logra. En otras
palabras, la película se desenvuelve en un ambiente que sí habla de
aburrimiento y desilusión, reforzado con la ausencia de música y de color,
donde el espectador siempre encontrará imágenes en blanco y gris, excepto al
final cuando lo sorprende la luz de la calle.
Fue preseleccionada, sin éxito, para
representar a México en los premios Oscar 2020 como mejor película extranjera.
Obtuvo los Premio Ariel de Mejor Ópera Prima, de Mejor Película en el Festival
de Morelia y el Premio Especial del Jurado (Ópera Prima) en el Festival de La
Habana. La cinta se inspiró en el libro L`Hotel, de la artista francesa Sophie
Calle.
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