Con una dirección
magistral (James Hawes) y una actuación impecable (Anthony Hopkins), esta
película conmovedora y llena de esperanza nos traslada a dos momentos
diferentes de la historia: el inicio de la Segunda Guerra Mundial y los
primeros años del siglo XXI. En 110 minutos, muestra al espectador una
obra filantrópica y desgarradora, que lo mantiene en suspenso y le hace
recordar que se puede hacer el bien con pequeños o grandes actos de humanidad. En
este caso, lo invita a reflexionar que aún en medio de la tragedia se pueden
salvar vidas y buscar espacios para la liberación. Cuenta con una ambientación
perfecta, un vestuario adaptado a las dos épocas que describe y una banda sonora que activa las emociones en el momento preciso. Está basada en hechos reales, de los que hay grabaciones del pasado de su héroe. Se estrenó el 1 de mayo de este año
y es catalogada como la nueva versión del Schindler inglés.
Su protagonista, Nicholas
Winton, ya anciano y con su residencia en una ciudad de Inglaterra, decide ordenar su caótica
biblioteca para sorprender a su esposa. Sin embargo, es mayor su impacto al
encontrar el maletín donde guarda los recuerdos de años atrás, conservados en
secreto con mucho dolor y, al mismo tiempo, con delicadeza y precisión. Empieza
entonces el recuerdo de su llegada a Praga en diciembre de 1938, con la
intención de encontrarse con un amigo que lo invita a su ciudad. Allí, este exitoso agente de bolsa británico, Johnny Flynn, termina acercándose a los acontecimientos mundiales en vísperas
de la guerra. No puede ser indiferente a lo está sucediendo y, con la colaboración
de valientes activistas, descubre los sufrimientos de las familias judías que
huyen de los nazis, para evitar que sus hijos sean llevados a los campos de
concentración. De inmediato, resuelve ayudarlas buscando refugio para cientos
de niños en su tierra, Gran Bretaña, antes de que los alemanes pasen fronteras
y lleguen a Checoslovaquia. Desde Inglaterra, su madre también lo ayuda e inician el salvamento de niños en medio de muchos riesgos hasta terminar salvando la vida de 669 menores. Pasan alrededor de 50 años y
ahora se encuentra Nicky recordando con tristeza y sentimientos de fracaso a todos
los niños que no pudo salvar. Siempre sintió que no había hecho lo suficiente.
No obstante, algo ocurre que traerá sorpresas y muchas lágrimas de alegría a
este heroico personaje.
Cuando se le preguntó a Nicholas Winton si creía en el
futuro de la humanidad, él respondió: “No, a menos que aprendamos a ceder, ser
amables y considerados con los demás. De otro modo, estamos acabados”.
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